Shakespeare escribe en La tempestad que el pasado es un prólogo que, a menudo, nos permite intuir lo que nos espera en el futuro. El autor considera la historia como un libro en el que podemos reconocer en los errores pretéritos los males que están por venir. El filósofo George Santayana, un madrileño de Harvard, que se convirtió en una de las grandes figuras del siglo XX según la revista Time, es quien hizo la manifestación más rotunda en La vida de la razón: “Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”.
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