El pase sorpresa de un legislador
El legislador Federico Alessandri entró el miércoles por la tarde al amplio y luminoso despacho del gobernador para sellar su pase a la bancada oficialista en la Unicameral. Lo acompañó a la reunión el Ministro de Gobierno Manuel Calvo que condujo la negociación para que el hijo del histórico dirigente de Calamuchita se sume al bloque que cuenta los votos con lo justo desde hace dos años.
La sonrisa de Martín Llaryora mientras se hacía la foto de rigor tenía razones de sobra: cuando todos descontaban que Bernardo Knispeer armaría un bloque aparte -incluso se rumoreaba que se llevaría en la jugada a Alessandri- logró desactivar un problema y dar un paso más en la unificación del peronismo. Seguramente el esposo de Natalia de la Sota esperará para tomar cualquier decisión a futuro.
Los que saben cómo se manejan los cables del poder provincial reconocen que el salto de bancada sólo fue posible por la caída electoral que sufrió Juan Schiaretti que jamás hubiera avalado que un kirchnerista se sume a la estructura del cordobesismo. Los que conocen las internas del kirchnerismo local ven una jugada de fondo y un actor necesario que no aparece en la foto del Panal: Fabián Francioni. El intendente de Leones viene sosteniendo que el principal rival es Javier Milei y que el PJ se debe unificar para afrontar los años por delante.
Un grupo de periodistas entrevistaba a uno de los jefes de la Fuerza Provincial Antinarcotráfico en la base operativa del Parque Sarmiento. Tras la puerta negra del ingreso hay una plaza donde los trabajadores de prensa advirtieron que unos 40 hombres con uniformes de fajina hacían prácticas con un arma 9 mm sin cargador.
Con curiosidad preguntaron si era un entrenamiento o una puesta en escena para ellos. La respuesta dejó sorprendidos a todos: eran oficiales y suboficiales del Ejército, la Gendarmería y la Fuerza Aérea que decidieron dar el salto y pasarse a la FPA.
“Casi todos tienen 15 o 20 años de experiencia pero sus sueldos representan la mitad de lo que ganarán acá. Si son admitidos, la beca para cursar la tecnicatura obligatoria ya es superior al que perciben de la Nación y cuando cobren el sueldo completo es más del doble”.
Los bajos sueldos de las fuerzas nacionales de seguridad, la pésima situación de la obra social IOSFA y los traslados permanentes a otras zonas del país son los otros factores que aceleran el cambio de vida que buscan estos militares. “Además -agrega el informante- son gente con disciplina de cuartel, son estrictos cumpliendo órdenes y están motivados. Cuando pasan a servicio en la FPA agregan una dosis de profesionalismo que nos sorprende”.
Un vocal distante
En Tribunales II, la sede de la justicia penal cordobesa es común ver por sus pasillos a Sebastián López Peña que aprovecha sus recorridos para escuchar a los magistrados o empleados, conocer de primera mano los problemas y, en algunos casos, atender con soluciones ciertos reclamos.
El vocal del Tribunal Superior de Justicia conoce a la perfección ese ámbito donde ejerció el derecho como “abogado de la calle” y donde tiene muchos amigos y conocidos que están habituados a verlo. Sin embargo en las últimas semanas se lo ve más seguido y ha preparado una oficina en el edificio de barrio Observatorio donde trabaja varios días a la semana.
“Integra la Sala Penal del TSJ y es lógico que quiera estar cerca para conocer algunas problemáticas. Además le gusta la gestión y algunos programas están bajo su supervisión” dice un abogado que lo conoce. Otros, por lo bajo, deslizan que la relación con algunos otros vocales es tensa y prefiere pasar menos tiempo en el Palacio de la calle Caseros. ¿Esperará al cambio de autoridades que se hará en diciembre en el máximo tribunal para volver a su oficina del primer piso?






