Desde Córdoba
Hace tiempo que distintos sectores del peronismo cordobés empujan puertas adentro del armado oficialista una oposición más áspera al gobierno nacional y buscan canalizar posturas más duras en relación a la figura de Javier Milei. Ayer, con la presencia de distintos sectores políticos se abrió la casa del Instituto Pensar Igualdad de Córdoba. Se propone como un lugar de encuentro y debate que funcione a la vez como un centro de producción de datos para construir política pública y como una mesa política en las antípodas de la Casa Rosada.
“El instituto es importante porque permite generar un espacio de profesionalización de políticas públicas. La foto de hoy permitió conjugar un encuentro de múltiples actores de raigambre político, social, sindical, gremial, estudiantil y de distintas instituciones”, señaló a Página/12 el presidente del organismo y funcionario del municipio de Malvinas Argentinas, Julián Castro.
La postura en este lanzamiento quedó clara desde el comienzo del acto: en el video institucional se mostraron distintos atropellos del gobierno nacional –discursivos y efectivos– con música incidental. La única voz que se escuchó desde la pantalla fue la del gobernador Martín Llaryora diciendo aquella frase que resonó en todo el país: “Basta de que nos vengan a decir cómo hacer los pituquitos de Recoleta”. A caballo del pragmatismo, el mandatario provincial suavizó la postura combativa que mostró cuando pronunció esas palabras tras consagrarse gobernador. Sin embargo, esta parte del peronismo local quiere volver a pisar ese suelo.
El dato de la jornada iba a ser el encuentro entre la diputada nacional Natalia de la Sota y el secretario de Participación Ciudadana de la ciudad capital, Juan Domingo Viola. Ambos nombres vienen sonando como futuros candidatos a diputados nacionales en las elecciones de este año. Pero, por problemas logísticos tras la sesión en el Congreso, la diputada no pudo llegar. Viola, por su parte, sostuvo que “nos guste o no nos guste gobiernan los que ganaron, y ganaron por algo”. Invitó a perder el miedo a algunos debates y a hacer autocrítica.
“En poco tiempo los cordobeses vamos a tener que decidir Milei sí o Milei no. Va a haber un sector que va a defender a los más humildes, a los más necesitados, a los jubilados, los enfermos, los estudiantes, las universidades, todo aquello en lo que creemos”, agregó Viola, y aseguró que el éxito de esa propuesta dependerá del nivel de “unidad y organización”. Ese pedido de unidad también vale desde una perspectiva nacional. Axel Kicillof incluido, según precisó el propio Viola.
Para el funcionario del municipio capitalino, “en octubre las expresiones tienen que ser claras y la defensa de los humildes y los necesitados que siempre tuvo el peronismo tiene que expresarse en la lista”. Se sabe que estas posiciones generan alguna fricción con el Centro Cívico, desde donde el gobernador mira el escenario con el termómetro de las encuestas que le marcan que criticar a Milei tiene costo directo.
“El instituto está abierto a distintas expresiones políticas que piensen en clave del Estado presente y eficiente. Puede servir como una superficie sobre la que las distintas expresiones del peronismo puedan reunirse a discutir política pública y pensar una comunidad mejor”, apuntó Lucas Bruno, uno de los impulsores del Instituto y vocal de la Agencia Córdoba Joven.
Esas expresiones tenían representantes sentados en el acto: intendentes, jefes comunales, sindicalistas, organismos de derechos humanos, organizaciones sociales, instituciones deportivas, espacios vecinales, cooperativas, universidades. Para Julián Castro, el lanzamiento “marca el quiebre de un proceso y el inicio de la incorporación de todos estos sectores para pensar la Córdoba que se viene. Mas allá de lo técnico es un hecho político importante”.
Los debates de la época pero con otras respuestas
La narrativa de los impulsores del Instituto Pensar Igualdad deja trascender la asunción de que hay un logro del proyecto libertario en cuanto a poner en discusión el rol del Estado. “Uno de los principales problemas de la época es pensar un Estado presente y un Estado eficiente que no esté signado por la burocracia. El instituto puede ayudar a pensar políticas públicas desde ese lugar”, señaló Bruno. Se aceptan que hay que plantear algunas de las preguntas que imponen los nuevos vientos políticos pero se buscan otras respuestas.
Para Viola, el gobierno nacional tiene “una seria visión de achicamiento de ese Estado” y no cumple con sus obligaciones en materia de aportes en sectores sensibles como salud, educación, jubilados o discapacidad. “Hay una deshumanización de la idea del Estado, de la idea de lo que es la política y su rol, una falta de idea de comunidad, de que aquellos que más tienen deben ayudar a sostener y mejorar la condición de los que menos tienen”, completó.
