De manera remota desde su departamento en la calle San José 1111, en el barrio porteño de Constitución donde cumple prisión domiciliaria, Cristina Kirchner habló frente a miles de militantes que se movilizaron hasta la Plaza de Mayo para pedir por su libertad. Como hace 8 días en la sede del PJ pronosticó que el modelo económico de Javier Milei tiene fecha de vencimiento, pero anticipó que el peronismo regresará al poder. El Gobierno minimizó el efecto del acto.
El Presidente no pisó la Casa Rosada que amaneció blindada por Gendarmería y fuerzas federales. En el entorno de la ex mandataria adelantan que su mensaje buscó marcar con centralidad e instrucciones la agenda y el discurso que viene, los tiempos electorales en la provincia de Buenos Aires.
“Vamos a volver y además vamos a volver con más sabiduría, con más unidad, con más fuerza. Donde me toque estar, desde la trinchera que sea, voy a seguir haciendo todo lo que esté a mi alcance para estar ahí junto a ustedes”, sostuvo la ex mandataria en la primera parte de su mensaje que se proyectó -grabado- desde una enorme pantalla de espaldas a la Casa de Gobierno.
Los organizadores calcularon la cifra de manifestantes primero en 500 mil y luego en un millón. La Ciudad le bajó el precio a 70 mil. Desde la SIDE bajaron a 50 mil. Fuentes del Ejecutivo admitieron que fueron más de 100 mil. Como sea, todos coincidieron fuera de micrófono en que fue una marcha importante.
Aun con disidencias internas y con la falta de apoyo de la CGT -que dio libertad de acción a los gremios y evitó convocar a un paro general o a un cese de tareas- el peronismo reunió a una multitud en la Plaza.
La ex presidenta motorizó a militantes de a pie y al aparato de La Cámpora, algunos municipios del conurbano (La Matanza, Almirante Brown y José C. Paz), gremios duros y afines como la UOM y SUTEBA. Agrupaciones de izquierda como el FIT Y el MST también acompañaron al peronismo.
Hubo, además, presencia de gobernadores como Axel Kicillof, que marchó con una columna propia mientras recibe el fuego amigo del cristinismo, y el riojano Ricardo Quintela, que en la víspera se comunicó telefónicamente con la ex presidenta. Sergio Massa también dijo presente en otra señal de unidad como la que se replicó en las últimas semanas en el Consejo del PJ en la calle Matheu. Acompañaron diputados y senadores de UxP. Los dirigentes camporistas con Máximo Kirchner a la cabeza fueron mayoría.
Con la resolución del Tribunal Oral Federal n2 (TOF) que habilitó a Cristina Kirchner a cumplir su pena de seis años de prisión en su semipiso de la calle San José; la movilización se trasladó de los tribunales de Comodoro Py a la Plaza de Mayo.
“Quiero contarles que lo que más me gustó fue escucharlos cantar otra vez “vamos a volver”. No lo hacíamos desde hacía muchísimo tiempo, demasiado tal vez. Y me gusta ese “vamos a volver” porque revela una voluntad, la de volver a tener un país donde los pibes puedan comer cuatro veces al día y en el colegio les den libros y computadoras, que los laburantes lleguen a fin de mes y puedan ahorrar para comprarse un autito, una casita, un terrenito, algo que sea de ellos, conseguido con el esfuerzo de su trabajo, bien peronista”, consignó la ex mandataria en el inicio de su mensaje grabado, antes de celebrar los tres primeros mandatos del kirchnerismo, sin hacerse cargo de la experiencia del Frente de Todos hasta diciembre de 2023.
La militancia, que ya había entonado la marcha peronista y el himno nacional, en la previa, acompañó con el mismo cántico. La ex presidenta reiteró que el modelo de Milei tiene fecha de vencimiento, como un yogurt. “Yo les quiero decir que este modelo que ahora encarna Milei, que no es diferente a los de otrora, se cae. Y se cae no sólo porque es injusto e inequitativo, sino fundamentalmente porque es in-sos-te-ni-ble en términos económicos. Tiene vencimiento como el yogurt y no es nuevo, ya lo vimos con Martínez de Hoz en el 76 y con Cavallo en los 90”, dijo.
La ex presidenta apuntó contra el endeudamiento del país y de las familias y acusó al ministro de Economía -“el impresentable de Caputo”, lo llamó- de “alquilar dólares” para simular que tiene reservas en el Banco Central.
Cristina otra vez consignó que está presa, porque el Gobierno, el partido judicial y los empresarios sabían que ella ganaría las elecciones. “Lo peor es que el verdadero poder económico sabe que este modelo no tiene futuro, sabe que se cae y por eso es que estoy presa. (…) ¿Y saben por qué no me dejan competir? Porque saben que pierden”, sostuvo.
La ex mandataria no se salió del libreto institucional y pidió evitar la violencia, días después de que dirigentes de La Cámpora irrumpieran en TN para romper autos, aparecieran pintadas con amenazas en canales de streamings y militantes tiraran bosta en los alrededores de la casa del diputado libertario José Luis Espert. “Vamos a defender la democracia sin violencia, pero con coraje, sin miedo, pero con absoluta claridad del momento histórico”, ordenó la ex mandataria que pidió “organizarse”.
En el entorno de la líder del peronismo consignaron que los próximos pasos será ejecutar el pedido de la ex mandataria. «Habrá reuniones, no tenemos mucho tiempo así que habrá que ordenar la Provincia», dijeron de cara a los comicios del 7 de septiembre. En el peronismo reconocen que lo primero es ver cómo equilibrar la ausencia de Cristina en la tercera sección electoral.
Al final, la ex presidenta transmitió un mensaje en vivo de poco más de un minuto. “Tenemos que darnos maña para poder comunicarnos y para estar cerca”, dijo CFK que volvió a comparar la movilización con la que despidió su Presidencia, el 9 de diciembre de 2015.
La multitud se desconcentró sin incidentes mientras sonaba por los altoparlantes “Todo preso es político”, un himno de Los redonditos de Ricota. Hubo demoras en el ferrocarril Roca por amenazas de bombas. En la previa, la policía pidió documentación a los pasajeros para disuadir a los manifestantes. Sirvió para poco.
Manuel Adorni fue una de los pocos funcionarios que se refirió a la marcha. “El Presidente dice que el que las hace las paga (…) Un opositor no nos marca la agenda ni tampoco cambios en cuestiones electorales”, dijo sobre la frustrada candidatura de CFK. En privado, en la cúpula del Gobierno celebraron que no hubiera incidentes y adjudicaron el tono templado de la ex presidenta al pedido de sus abogados a la Justicia para asegurar su prisión domiciliaria.
