Nutricionista recomienda incluirlo en la dieta para promover la salud; sobre todo, en el caso de personas con hipertensión o que quieran controlar su peso corporal.

Foto: Freepik.
Redacción El País
La brótola es un pescado blanco que habita las aguas del Atlántico, el Caribe y el Mediterráneo. Su carne tierna y magra, junto con su bajo contenido graso, la posicionan como una excelente elección para quienes buscan cuidar su salud cardiovascular o seguir dietas bajas en sodio y calorías.
Este pescado es especialmente recomendable para personas con hipertensión o que siguen planes alimentarios como la dieta DASH. Así lo indica el nutricionista César Casavola, presidente de Samenut (Sociedad Argentina de Médicos Nutricionistas), quien aclara que, para que mantenga sus beneficios, debe consumirse fresco y no en conservas ni salmuera, donde el sodio aumenta considerablemente.
Uno de los principales puntos fuertes de la brótola es su excelente aporte proteico: entre 18 y 20 gramos por cada 100 gramos de carne. A esto se suma su bajo contenido en grasas —menos de 2 gramos— y un nivel de colesterol moderado, entre 40 y 60 miligramos. Según la nutricionista Milagros Sympson, todo esto la convierte en una opción ideal para dietas orientadas al control de peso, ya que apenas aporta unas 95 calorías por cada porción de 100 gramos.
Aunque no llega a los niveles de omega-3 que ofrecen pescados más grasos como el salmón, la brótola no se queda atrás en beneficios. Este tipo de ácidos grasos esenciales ayudan a regular el colesterol, reduciendo el LDL («colesterol malo») y aumentando el HDL («colesterol bueno»). Además, contribuyen a disminuir triglicéridos y tienen un efecto antiinflamatorio que favorece al sistema cardiovascular.

Natalia Ayala
Cómo elegirla, conservarla y cocinarla
Casavola aconseja consumir brótola unas dos veces por semana como parte de una alimentación equilibrada. A la hora de comprarla, conviene revisar que tenga una textura firme, carne clara (blanca o rosada), piel húmeda, ojos brillantes y un aroma suave. También sugiere congelarla antes de comerla para eliminar posibles parásitos.
En cuanto a su preparación, lo ideal es cocinarla al horno o al vapor, para preservar sus nutrientes. La sartén o la plancha también son aceptables, siempre que se evite el exceso de aceite. En cambio, freírla no es recomendable, ya que este método aumenta las calorías del plato y deteriora los ácidos grasos beneficiosos.
En base a información de El Tiempo/GDA
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