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Roberto Alfonso Azcona | Montevideo
@|Mientras los trabajadores honestos del Uruguay madrugan, se esfuerzan y enfrentan cada día la incertidumbre de un país frenado por los impuestos y la burocracia, en los pasillos cerrados del Pit – Cnt se reparten poder y ambiciones.
Con más de 424.000 afiliados —casi el 40% de la población económicamente activa del país— uno esperaría una central sindical fuerte, comprometida con el trabajador, defensora de sus derechos y motor de progreso. Pero lo que tenemos es un circo romano, donde se lanza a los trabajadores a la arena para entretener a una casta sindical que se recicla una y otra vez en el poder.
¿Y cómo se legitima esa dirigencia? Con elecciones internas de cartón: Marcelo Abdala “triunfó” con apenas 473 votos. El segundo más votado, Joselo López, obtuvo 418. Le siguen Fernanda Aguirre con 136 y Sergio Sommaruga con 127. En total, votaron solo 1.154 personas.
¿Eso es representatividad? ¿1.154 votos sobre 424.500 afiliados? Apenas el 0,27% del padrón sindical. Una elección más propia de una cofradía cerrada que de una organización democrática.
Esos números gritan lo que muchos callan: el Pit – Cnt está vacío de legitimidad. Su cúpula no representa a los trabajadores, los utiliza. Son expertos en agitar conflictos, sembrar enfrentamientos y luego posar como salvadores, mientras las empresas se funden y los trabajadores quedan tirados.
Porque el objetivo nunca fue el bienestar del trabajador. El objetivo es otro: mantener el relato, mantener el control, y negociar su entrada a la política partidaria. Lo que antes eran sindicatos, hoy son agencias de colocación para aspirantes a cargos públicos.
Y mientras tanto, ¿qué pasa con el obrero, con el asalariado, con el pequeño emprendedor? Quedan a merced de decisiones tomadas en asambleas fantasmas, sin respaldo real, sin transparencia, sin votos.
El Pit – Cnt no es democrático. No es plural. No es moderno. Es una maquinaria anacrónica que vive del miedo, el chantaje y el conflicto.
¡Despierta, trabajador! Porque si vos no te rebelas contra esta farsa, ellos seguirán usando tu nombre, tu esfuerzo y tu esperanza para alimentar una estructura que sólo se representa a sí misma.
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