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sábado, agosto 2, 2025

El potencial y los obstáculos de América Latina en la transición energética

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Buenos Aires — América Latina y el Caribe se destacan a nivel global como una de las regiones con mayor porcentaje de generación eléctrica catalogada como ‘limpia’, gracias a su fuerte uso de hidroelectricidad, solar y eólica. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), alrededor del 60 % de la electricidad en la región proviene de fuentes verdes, cifra que duplica el promedio mundial.

Este protagonismo no solo se debe a una fuerte base hidroeléctrica, sino también al rápido crecimiento de tecnologías como la solar y la eólica, que ya representan una proporción creciente en países como Brasil, Chile, México y Colombia. Además, la región concentra una parte significativa de los recursos minerales críticos para la transición energética —como litio y cobre—, lo que la posiciona como proveedor clave en cadenas de valor globales de tecnologías limpias.

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En este contexto, y en el marco de una mesa de conversación organizada por Atlas Renewable, los espescialistas advierten distintos desafíos y oportunidades: el posicionamiento estratégico de la región, los cuellos de botella en infraestructura, las condiciones del financiamiento, los tiempos de la transición energética y el crecimiento de los data centers.

#1 La importancia de la región y las renovables

América Latina no solo es una de las regiones con mayor participación de energías renovables en su matriz eléctrica, sino también un territorio con condiciones naturales, geopolíticas y tecnológicas para atraer inversiones estratégicas vinculadas a la transición energética global. “En Sudamérica, la mayoría de la electricidad generada proviene de fuentes renovables, especialmente hidroeléctrica. Más recientemente, ha crecido mucho solar y eólica”, destacó María Netto, directora ejecutiva del Instituto para el Clima y la Sociedad. En ese mapa regional, Chile se ha convertido en un modelo por su crecimiento en capacidad solar y eólica, mientras que Brasil y Colombia también aceleran su expansión con energías limpias.

El valor de América Latina no se limita a sus fuentes de generación: también está en sus recursos estratégicos. “Hay una conversación geopolítica sobre seguridad energética. En el largo plazo, todos los países van a necesitar recursos naturales. América Latina tiene muchos de esos recursos: litio, tierras raras y minerales estratégicos.”, advirtió Netto. Para ella, el desafío no es solo exportar esos minerales, sino aprovecharlos para fomentar industrias locales, desde la producción de baterías hasta tecnologías de almacenamiento. “La región debería atraer inversiones industriales, no solo exportar commodities, sintetizó.

Carlos Barrera, CEO de Atlas Renewable Energy, coincidió en la relevancia creciente de la región y destacó que “más del 80% de las nuevas instalaciones de capacidad en América Latina son renovables, principalmente solar y eólica”. Pero también puso el foco en la necesidad de consolidar esa posición: “Latinoamérica tiene áreas con redes bastante confiables, pero hay que demostrar a los inversores que esas condiciones están presentes”.

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#2 Cuellos de botella

A pesar del crecimiento sostenido de las energías renovables en América Latina, el desarrollo de infraestructura no ha seguido el mismo ritmo. El principal obstáculo: la transmisión. “Aunque se genera mucha energía, aún no hay líneas de transmisión inteligentes ni sofisticadas. Es necesario invertir mucho en mejorar la red”, explicó María Netto. Además, advirtió que “la eficiencia en transmisión sería mucho mayor si hubiera líneas regionales, no país por país. Falta colaboración transnacional”.

Elizabeth Robberechts, jefa de la División de Infraestructura y Energía de BID Invest, apuntó: “La transmisión es el principal cuello de botella ahora. No hay suficiente capacidad para transportar la energía, especialmente en ciertos horarios”. En ese sentido, destacó que el almacenamiento será clave para compensar estas limitaciones y señaló a Chile como un país pionero en este aspecto, con una ley que desde 2022 promueve el uso de baterías en el sistema eléctrico.

Carlos Barrera coincidió en que los problemas son principalmente locales. “Hay restricciones en transmisión o sobreconstrucción solar que generan excedentes y limitaciones a la entrega de energía”, explicó. Sin embargo, remarcó que “el auge del almacenamiento ayuda a reducir estos límites, Chile mostró lo atractivo que puede ser este segmento para los inversores”

#3 Financiamiento

Contra la percepción extendida, el financiamiento no aparece como un obstáculo central en los países con mercados más desarrollados de la región. “No hay actualmente una falta significativa de financiamiento para proyectos bien estructurados en grandes economías”, aseguró Robberechts. Desde BID Invest, Robberechts explicó que están usando fondos de donantes para subsidiar o absorber sobrecostos en proyectos con baterías, con el objetivo de mejorar su viabilidad económica. Además, observó un creciente interés de inversores institucionales y fondos verdes por el sector energético, “por su retorno estable y a largo plazo”.

En mercados con problemas de solvencia del comprador de energía, el banco multilateral interviene con garantías para destrabar el acceso al crédito. Barrera, desde Atlas, ratificó esa visión: “Trabajamos con BID Invest, multilaterales y bancos privados. No vemos restricciones de financiamiento si el proyecto está bien estructurado”. En su experiencia, la clave está en que el cliente sea solvente, el sponsor tenga solidez y los aspectos técnicos estén bien resueltos. Además, observó una tendencia hacia esquemas con financiamiento de menor plazo, que resultan más atractivos en contextos volátiles.

#4 ¿Se aplazó la transición energética?

El panorama internacional parece haber puesto una pausa en los objetivos de transición energética. “El retraso es real”, admitió María Netto. Pero para ella, también puede representar una oportunidad: “Si se usan los ingresos del petróleo y gas para invertir en innovación y modernización, el impacto puede ser positivo”.

Carlos Barrera ofreció una lectura similar, aunque con un matiz tecnológico: “Los objetivos están demorados, pero las baterías cambiaron el juego. Ahora las renovables más almacenamiento pueden ofrecer capacidad firme, no solo energía intermitente”. Para el CEO de Atlas, América Latina tiene una ventaja comparativa clara: “En EE.UU., la energía 24/7 cuesta más de US$100 por MWh. En Chile, estamos entre US$50–60. Es una gran oportunidad”. Según su visión, incluso en contextos de incertidumbre política, el sector privado continúa invirtiendo si las estructuras son claras y rentables.

Robberechts, por su parte, reconoció que “el cambio de gobiernos puede interrumpir políticas y regulaciones, es frustrante”. Pero destacó que la demanda energética no se detiene: “Vemos una continuidad en políticas de largo plazo porque las renovables ofrecen beneficios rápidos, estables y no generan conflictos geopolíticos como el gas”. Y remarcó que el rol del sector privado será fundamental para sostener el rumbo más allá del ruido político.

VER MÁS: ¿Será 2025 el año de las energías verdes para Latam? Los 5 desafíos que hay que superar

#5 La oportunidad de los data centers

La creciente demanda global por inteligencia artificial y servicios digitales está empujando a gigantes tecnológicos a buscar nuevas ubicaciones para instalar centros de datos. América Latina podría ser parte de esa expansión, pero necesita resolver ciertos desafíos. “Para las empresas de data centers, lo clave es el acceso a energía confiable. Suena simple, pero tiene que ser extremadamente confiable”, explicó Barrera. Y agregó que no se trata solo de energía: “Otro tema es la transmisión de datos (fibra óptica). Hay que expandir redes de fibra para que el despliegue sea viable”.

El CEO de Atlas también subrayó la necesidad de agilizar procesos. “Podrían establecerse corredores preaprobados para data centers, zonas donde ya esté evaluada la viabilidad y se pueda construir sin tanta demora”. A su juicio, el auge regional de estos proyectos es inminente: “En 2 o 3 años veremos un boom de data centers en América Latina, impulsado por la demanda local de IA y digitalización”.

No obstante, no todos los analistas ven este fenómeno sin matices. “Los data centers pueden ser una oportunidad, pero también un desafío. Van a competir por el uso de energía y agua con la demanda local”, advirtió María Netto. “Hay que preguntarse qué cadenas de valor, empleos u oportunidades locales crean estos data centers, más allá de pagar la energía”, agregó. Elizabeth Robberechts también alertó sobre los riesgos: “El agua es un tema crítico. Hemos visto proyectos cancelados en Uruguay más por escasez de agua que de energía”. Desde BID Invest, su foco está puesto en garantizar el manejo ambiental y social de estos emprendimientos.

Redacción

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