“Creo que lo mejor es haber tenido la suerte, en esta timba cósmica, de haber coincidido con él”, dice Eduardo “Dylan” Martí al hablar sobre su gran amigo, Luis Alberto Spinetta. Este jueves el fotógrafo presenta en la Sala Piazzolla del Teatro Argentino su libro “SPINETTA”, un recorrido por cuatro décadas junto al Flaco a través de más de trescientas imágenes. El evento, además, contará con la participación del periodista Marcelo Figueras.
Martí se toma un momento para pensar. “Creo que el recuerdo más antiguo que tengo de Luis fue cuando lo escuché, desde la vereda, cantando en una discoteca de Mar del Plata. Estaban tocando ‘Ruta 66’, la canción en inglés”. La elección del tema a Eduardo le llamó la atención, por lo que detuvo su rumbo para acercarse a la entrada del boliche y averiguar quiénes estaban tocando. “Un grupo que se llama ‘Almendra’”, fue la respuesta. Pasaron algunos años desde esa suerte de “primer llamado” en el ‘66 hasta que Eduardo tomó la primera de las muchas fotos que le haría al Flaco, en otra presentación de Almendra durante el Festival Pinap, en el ‘69. “En esa foto aparece tocando una guitarra de Sergio Repiso, una Vox, que imitaba un poco a la de Brian Jones, de los Rolling”, recuerda el fotógrafo.
La amistad no nació en ese momento. Pasaron unos años más hasta que el músico y el fotógrafo se reencontraron, cuando Martí tomó algunas fotografías para el segundo álbum de Invisible, “Durazno Sangrando”, en 1975, y diseñó la mítica tapa entre ocre y anaranjada con un carozo apenas alejado del centro. En ese momento, la amistad y el lazo creativo que los unió de por vida se consolidó.
El trabajo de Martí recorre toda la trayectoria del Flaco, desde las primeras fotos de Almendra, pasando por los distintos proyectos y etapas intermedias, hasta llegar a las Bandas Eternas, el recital de fines del 2009 que duró horas y horas, donde Luis Alberto tocó con todos los grupos que tuvo alguna vez frente a más de cuarenta mil espectadores, y estuvo acompañado por invitados como Fito Páez, Gustavo Cerati y Charly García, por nombrar tan solo a tres de los titanes del rock nacional que desfilaron esa noche en Vélez.
Al respecto de cómo fue trabajar con esa enorme cantidad de material de archivo, Martí explica que fue un trabajo lento que se vio interrumpido por la pandemia. Subraya un plural: “nos agarró la pandemia, porque esto lo hicimos en colaboración con Theo Lafleur, que fue quien diseñó el libro”. El fotógrafo cuenta que tal vez lo que más demoró el proceso fue la selección, ya que el material es casi infinito. “Tratamos de darle un orden lo más cronológico posible, evitando errores. Fue un trabajo interesante, removedor en algún aspecto, porque uno empieza a recordar épocas, cosas que pasaron”, explica, y dice que este libro era una deuda que tenía con Luis. “Quería hacer este último trabajo para él, ahora que ya no está. Hacerlo y que estuviera a la altura de su obra”.

Si hay algo que queda claro para cualquiera que dialogue con Martí, es el afecto y la simpleza con la que recuerda a quien fue, más allá de uno de los grandes del rock nacional, un amigo, un padre, un compañero. “Compartimos la vida”, dice Eduardo. “Luis fue un tipo que, desde lo cotidiano, se ocupaba todos los días de su familia, del bienestar de sus hijos, y de lo que más amaba, que era la música. Era un tipo profundamente comprometido con eso”, recuerda.
Eduardo y Luis también compusieron música en conjunto. Durante mucho tiempo tocaron la guitarra, sin ningún objetivo en particular. “Tocábamos porque nos gustaban los instrumentos, porque a mí me gustaba tocar y Luis era un genio”, ríe Martí. Después el Flaco tomó la decisión de querer grabar tres de las canciones que compusieron: “Quedándote o yéndote” y “Almendra”, ambas en el álbum Kamikaze, y “Garopaba”, interpretada por Spinetta y los Socios del Desierto en el álbum Estrelicia MTV Unplugged de 1997. “Fueron muy buenos momentos de la vida, haber experimentado eso: la posibilidad de estar con semejante genio y, encima, haber tenido el privilegio de ser su amigo”, dice el artista.
¿Su foto favorita de las que le tomó al músico? Una en donde Luis Alberto se disfrazó con todos los elementos de trabajo del equipo de limpieza de un hotel. “Parecía un faraón del tercer mundo”, recuerda Martí. “Esa es la más representativa también de nuestra amistad”, reflexiona.
Con tapa dura, papel ilustración y más de 346 páginas a todo color, el libro se presentará este jueves 30 a las 19 hs en la sala Piazzolla del Teatro Argentino, con entrada gratuita y por orden de llegada. “Es un orgullo ir a La Plata, la ciudad del Indio Solari y de Federico Moura. Espero que la gente pueda venir para charlar un rato. En un momento tan difícil para la patria, creo que está bueno ver algo mejor. Poner el foco en las cosas que para mí son más verdaderas, en este mundo en el que estamos viviendo, con toda esta ficción de realidad que nunca se termina de resolver en este país. Así que los espero”, concluye el fotógrafo con una sonrisa. El trabajo ofrece imágenes inéditas y restauradas en alta definición, que reflejan tanto al artista en sesiones profesionales como en escenas familiares y cotidianas. Una obra para atesorar y un homenaje a la vida, la obra y la amistad que unió a Spinetta y Martí durante décadas.





