Nuno Mendes cosió el balón a la red en el último penalti y el PSG lo celebró a lo grande en Udine. Había igualado un 0-2 adverso ante un Tottenham superior, con una marcha más y con la copa en su mano; pero se echó atrás y le dio vida a los de Luis Enrique, a quienes le faltaron piernas pero no talento. Un gol de Gonçalo Ramos en el añadido forzó una tanda en la que Chevalier, el portero que ha desbancado a Donnarumma, fue clave. Un título de Supercopa de Europa en chanclas como aperitivo de los parisinos en un curso en el que de nuevo aspiran a todo.
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