En el noroeste de Santa Cruz y de apenas 300 habitantes, cautiva con lagos cristalinos, paisajes de montaña únicos y pinturas rupestres casi intactas.
Las aguas turquesas de los lagos Posadas y Pueyrredón, separados por un istmo natural que convierte al pueblito en un lugar único de la Patagonia.
En un rincón de la Patagonia austral se oculta un tesoro que pocos conocen; un pueblo que no supera los 300 pobladores y sueña con ser declarado patrimonio histórico, es uno de los secretos mejor guardados del noroeste de Santa Cruz.
Este reducto ubicado 175 kilómetros al sur de Perito Moreno y cerca de la frontera con Chile, conjuga en su territorio una combinación única: belleza natural deslumbrante y vestigios arqueológicos que se remontan a miles de años atrás.
La magia de Lago Posadas se revela, de arranque, en sus dos lagos principales: Posadas y Pueyrredón. Estas masas de agua cristalina, despliegan una paleta cromática que oscila entre el azul profundo y el turquesa brillante. Un istmo natural de apenas unos metros los separa, creando un espectáculo geográfico poco frecuente en la zona.
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Lago Posadas, en Santa Cruz: se llega desde la ruta 40, por un camino de ripio.
«Lago Posadas no es solo naturaleza: tiene historia, tiene memoria. Cada sitio cuenta una parte de nuestra identidad como provincia», explicó Luciana Fortuny, orgullosa directora de Turismo local, quien informó que ya comenzaron las gestiones para obtener un reconocimiento oficial como patrimonio histórico y reserva natural.
Arte rupestre e historia viva
Lo que distingue a esta localidad de otros destinos patagónicos es la presencia de sitios arqueológicos con arte rupestre que documenta la vida de los pueblos originarios hace milenios. Con un valor adicional: estas pinturas ancestrales permanecen casi intactas gracias al aislamiento natural y las condiciones climáticas del lugar.
Entre los puntos destacados se encuentra la Cueva del Puma, que alberga manifestaciones artísticas de los primeros habitantes de esta porción patagónica. Estos testimonios visuales permiten reconstruir aspectos de la cosmovisión y las prácticas cotidianas de las culturas que habitaron la zona.
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El aislamiento y las características climáticas de la zona hacen que pinturas rupestres de hace miles de años se conserven casi intactas.
La riqueza patrimonial se extiende también a construcciones más recientes pero igualmente cautivantes. La más emblemática es el Hogar Escuela, un edificio que marcó la formación de generaciones enteras de vecinos en el siglo XX.
Por otro lado, la estancia La Ascensión, que formó parte del proceso de colonización patagónica, constituye un se ofrece como un testimonio de la vida rural de las viejas épocas .
Experiencias al aire libre
Para los visitantes que buscan experiencias al aire libre, Lago Posadas ofrece múltiples alternativas. El «Circuito de los Lagos» permite recorrer los principales atractivos y hacer paradas estratégicas para admirar maravillas como el Arco de Piedra, la Garganta del Río Oro y el cerro del Indio.
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El Arco de Piedra, otro símbolo de Lago Posadas, en Santa Cruz.
Las actividades disponibles incluyen pesca deportiva, trekking, avistaje de aves y excursiones en 4×4 que permiten adentrarse a lugares casi inaccesibles del entorno natural.
En tanto el cerro San Lorenzo, la cumbre más alta de Santa Cruz, representa un desafío mayor para montañistas y amantes de la adrenalina.
Patrimonio de Santa Cruz
El camino que emprendió Lago Posadas rumbo a la declaración patrimonial involucra reuniones con diversos organismos provinciales, incluyendo la Secretaría de Cultura, la Dirección de Patrimonio y el Consejo Agrario.
El objetivo de los promotores de la iniciativa es establecer una figura legal que proteja tanto los bienes naturales como los culturales, al tiempo que abra oportunidades para el turismo sostenible.
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La Escuela Hogar, un emblema de la historia de Lago Posadas, en Santa Cruz.
«El turismo no tiene que ser solo contemplativo. Lago Posadas es un lugar donde el paisaje y la historia se cruzan. No se trata solo de mirar, sino de entender lo que estamos pisando», subrayó Fortuny, enfatizando la importancia de fomentar un turismo consciente desde el punto de vista ambiental.
«Es fundamental que todo esto se conserve. Estamos trabajando para que esos espacios sean reconocidos no solo por su belleza, sino por su importancia cultural y patrimonial», agregó la funcionaria.
Los habitantes locales juegan su papel en el proyecto. Muchos participan activamente en iniciativas que combinan conservación, hospitalidad y educación turística. Desde guías especializados hasta emprendimientos locales, la comunidad apuesta a un crecimiento que preserve la identidad del lugar. Y espera a los visitantes con los brazos abiertos.
Cómo llegar a Lago Posadas
El acceso a este tesoro patagónico requiere cierta planificación, pero la recompensa justifica el esfuerzo. Desde la Ruta Nacional 40, se accede mediante un desvío a la altura de Bajo Caracoles, recorriendo aproximadamente 75 kilómetros de ripio hasta llegar a la localidad.
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Los paisajes de Lago Posadas invitan a abandonarse a la contemplación y desconectar de todo.
Durante el verano, existe una alternativa desde Los Antiguos, otra joya patagónica que en los últimos tiempos está cobrando relevancia turística, transitando la Ruta Provincial 41, conocida como Camino de Monte Zeballos.
Esa travesía tiene un plus: el camino atraviesa paisajes deslumbrantes que anticipan las maravillas que esperan en el destino final, un sitio escondido y único para abandonarse a la contemplación y olvidarse de todo por unos días.
