El muelle de Pescadors, hasta ahora de acceso exclusivo para personal relacionado con la pesca, es de libre acceso. Para ello, se ha urbanizado la conexión de la calle Escar con la torre del Rellotge y la lonja, que ha dado lugar a un nuevo paseo peatonal. Así se culmina una actuación prevista desde hace años para abrir esta zona a la ciudad y que incluye como atractivo, además de poder recorrer uno de los rincones más desconocidos del Port Vell, ver la descarga del pescado o seguir las subastas. La iniciativa forma parte de un plan más amplio para dar a conocer la actividad pesquera a los barceloneses que más adelante incorporará nuevas iniciativas recreativas y divulgativas.
“Este espacio es singular, especial, tiene una simbología”, destacó este martes el presidente de la Autoritat Portuària, José Alberto Carbonell, en la inauguración de la urbanización, que abarca una superficie de cerca de 2.500 metros cuadrados. Por una parte, detalló, está la Torre del Rellotge, de 1772, el edificio más antiguo del puerto, que primero fue faro. Su construcción fue todo un hito porque el muelle de abrigo tardó 300 años en llegar a ese punto y después, en sucesivas ampliaciones, quedó lejos de la bocana con lo que dejó de tener sentido como señal. En 1911 se suprimió la linterna y pasó a dar la hora.
El acceso tiene continuidad por la pasarela que conduce a la planta superior de la lonja
Àlex Garcia
La transformación del recinto ya ha captado una inversión de 14 millones y se prevé que alcance los 20 millones
También destacó Carbonell que la Torre del Rellotge fue uno de los puntos geodésicos que los científicos franceses Jean-Baptiste Joseph Delambre y Pierre Méchain usaron entre 1792 y 1798 para medir la longitud del meridiano de París y que sirvió para fijar el sistema métrico decimal. En su plan del Eixample de 1859, Ildefons Cerdà lo tomó como referencia para diseñar el Paral.lel y la Meridiana. Las prolongaciones de ambas avenidas sobre el mar convergen exactamente allí.
El director del Port Vell, David Pino, recordó que desde hace 22 años se trabaja en la transformación del muelle de Pescadors, que ya ha recibido una inversión de 14 millones de euros y se prevé que llegue a los 20 millones. “Es un cambio de paradigma –explicó– para que deje de ser un espacio cerrado, desconocido, mediante acuerdos entre la Autoritat Portuària, la Confraria y el Ayuntamiento”. El proceso supuso la construcción de una fábrica de hielo, estrenada en el 2016, y de una lonja, abierta la pasada primavera, obra de los arquitectos Carlos y Lucía Ferrater y Jesús Coll, Premi Ciutat de Barcelona d’Arquitectura i Urbanisme precisamente por su integración en el puerto y la apertura a la ciudadanía de su actividad.
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El siguiente paso será la apertura de un restaurante dedicado a la cocina mediterránea, con especial peso del pescado barcelonés, en la planta superior de la lonja, la misma desde la que ya se pueden ver las subastas los días laborables a las ocho de la mañana para el pescado azul, y a las cuatro y media de la tarde para el blanco. El concurso para gestionar el restaurante quedó desierto y ahora se trabaja en una nueva convocatoria con mejores condiciones y que se prevé tener lista en un mes. También se abrirá un bar en la planta baja para los pescadores.
La Torre del Rellotge, que en el 2022, con motivo de su 250.º aniversario, fue equipada con iluminación exterior, aún no puede visitarse, pero la intención es que lo sea. Necesita obras de adecuación, básicamente de seguridad, como la instalación de una baranda en la angosta escalera interior.
Otra vista de la pasarela de la lonja y la Torre del Rellotge
Àlex Garcia
Los pescadores quieren recuperar la venta directa a los barceloneses del pescado sobrante de las subastas
La transformación del muelle de Pescadores se completará con la mejora de los tinglados, que se cubrirán, como la lonja, con placas fotovoltaicas de modo que se completará una comunidad energética con capacidad para generar 376 MWh anuales. Y también con un transbordador que enlazará con el muelle de Espanya, a la altura del Maremagnum, a escasos 80 metros, y que se licitará este año para ponerlo en servicio en el 2026. Será eléctrico, autónomo, con una alta frecuencia y precio económico. Ese transporte acercará la Barceloneta al Gòtic. Asimismo, se remodelará la calle Escar, que conecta con el paseo Joan de Borbó. En otoño se ampliarán las aceras y más adelante se abordará una reforma más profunda.
El colectivo de pescadores, formado por 250 personas y 23 embarcaciones –doce de cerco, nueve de arrastre y dos de artes menores–, aplaude estos cambios porque suponen una mejora sin precedentes en sus instalaciones y ponen en valor su oficio. José Manuel Juárez, patrón mayor de la Confraria, recordó que ellos están allí antes de que existiese el puerto como tal y que hasta hace poco se sintieron “maltratados”. Hoy, celebró, “hemos pasado de ser los más obsoletos a ser un trampolín de salida en Europa en pesca sostenible”. Y citó como ejemplos su labor pionera en las paradas temporales de la pesca, en la recogida de residuos o en la promoción de su producto de proximidad con la marca Peix de la Barceloneta. Entre las novedades en las que trabajan está la recuperación de las ventas directas a los barceloneses de pescado sobrante de las subastas en pilas en cestos de mimbre así como otras actividades para dar a conocer su trabajo.
