por Distrito Interior ·
Darío Valle, ex comisario inspector devenido en político desde la elección anterior (foto) y Santiago Urchipia, presidente del comité, suenan como los principales nombres para encabezar la Lista del radicalismo que pretende ir solo, sin acuerdos que le han sugerido, y hasta negocia alguna línea interna con La Libertad Avanza.
Este sábado, propuesta por el radicalismo de General Villegas, se realizó una encuesta presencial en la ciudad cabecera que tenía como fin medir a los propios, resto de los candidatos y conocer nivel de conocimiento de la gente de éstos e intención de votos.
Esto permitió que se viera un movimiento atípico en la casa radical que fue la base de los encuestadores foráneos.
La sociedad política entre Valle y Urchipia, que en la superficie los muestra como los dos más activos en el centenario partido, garantiza que la UCR participará activamente en estas elecciones; si bien hay mucho correligionario disgustado, especialmente Valle, negocia por la armonía interna, logrando entre otros, el apoyo de Claudia Esain, la presidente del Concejo Deliberante, que no irá por un cargo electivo pero lo apoyará, incluso, considera que es el indicado para encabezar.
El partido enfrenta una encrucijada con dos militantes potables que hoy se encuentran trabajando en el oficialismo, como son Mariano Maranta, y María Laura Sotelo, a quienes se les pediría la renuncia en caso de no contribuir en esta instancia. Lo que se busca, se oyó en el interior del comité, es que el radicalismo vuelva a tener identidad radical; si bien parece algo obvio, la expresión representa volver a las bases.
Hoy las aspiraciones en cuanto a cantidad de bancas a lograr no son las más altas, pero ser prolijos, lograr una Lista pura, les garantiza quedar enfocados hacia el 2027, para el que continuarían trabajando apenas pasados los comicios del mes de septiembre.
Del modo en que se lo ve en la foto tomada por Distrito Interior en la primera hora de la tarde, Valle se prueba el traje de candidato y es al que le atienden el teléfono la mayoría quienes pintan, aunque muchos dispersos, de rojo y blanco la militancia.
