
Barcelona
La ampliación del aeropuerto del Prat es una inversión de Aena que no debe pasar por el Parlament, pero el debate monográfico sobre infraestructuras que ha tenido lugar esta semana en la cámara catalana se convirtió en el escenario más próximo para someter a votación el proyecto. El resultado fue poco concluyente ya que no salieron adelante ninguna de las proposiciones ni a favor ni en contra de la ampliación.
Solo ERC, los comunes y la CUP mostraron su rechazo explícito a la prolongación de la tercera pista de El Prat, constatando también el incumplimiento de las compensaciones ecológicas pendientes desde la anterior ampliación. Ninguno de sus textos obtuvo los votos suficientes para salir adelante.
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Tampoco lo consiguieron los que están a favor, con unas proposiciones mucho menos directas en las que la ampliación se enmarcaba en planteamientos mucho más amplios. Fue el caso de la votación llevada por Junts, que se centraba en cuestiones como la gobernanza e instaba al traspaso de las competencias a Catalunya del aeropuerto del Prat y el resto de aeródromos catalanes.
Tampoco prosperó la del PSC, en la que hablaban de un polo de actividad económica entre el puerto de Barcelona y el aeropuerto de El Prat con un crecimiento económico compatible entre ambas infraestructuras.
Idéntico rechazo vivió la propuesta del PP que pedía acelerar los plazos de ejecución de las obras. El alcalde de Castelldefels, Manu Reyes, evitó votar en todas las resoluciones ya que su posición desde un punto de vista municipal es de claro rechazo a la ampliación.
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Al margen del aeropuerto, el Govern presentó el martes el plan a 25 años vista en materia de infraestructuras con nuevos tranvías territoriales, la línea orbital y el eje transversal ferroviario, así como nuevas líneas de autobús rápido para mejorar la movilidad en Catalunya más allá de la primera corona metropolitana. Los partidos de la oposición, en cambio, más que proyectar a 25 años vista fijan la atención en la situación actual, con constantes incidencias en Rodalies y la autopista AP-7 colapsada a todas horas.
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La situación de presente provocó ayer que el pleno del Parlament reprobase al Govern por la “mala gestión” de las infraestructuras en Catalunya, a la vez que reclamaba al Gobierno central “las inversiones pendientes”. El texto presentado por Junts consiguió el apoyo del PP, Vox, CUP y Aliança Catalana mientras que ERC y los comunes se abstuvieron.
Lo que sí que obtuvo la unanimidad de la cámara catalana fue la propuesta de alcanzar un gran pacto catalán por las infraestructuras, con la participación de ayuntamientos, empresas y agentes sociales en el que se definan los proyectos más prioritarios con plazos claros y un sistema de seguimiento de su evolución.