El pasado miércoles 28 de mayo se realizó un nuevo Consejo Superior de la Universidad Nacional de Quilmes. A pocos días de la brutal represión de la UTOI en el barrio la IAPI en Quilmes, que dejó varios heridos, entre ellos un niño de 9 años con cinco balazos de goma en la cara. Las autoridades de la UNQ se negaron a solidarizarse.
Desde la agrupación En Clave Roja, la Secretaria de Género en la universidad y con Julieta Moreno, Consejera Superior y compeñeres independientes, se construyó un proyecto en repudio a la brutal represión este 22 de mayo donde ocho efectivos de la UTOI (unidad táctica de operaciones inmediatas) entrando al barrio dispararon a vecinos e hirieron de cinco balazos de goma en la cara a un niño de diez años que estaba estudiando en una de las habitaciones del comedor comunitario “es la hora de ser feliz”. Esta imagen generó el repudio de decenas de vecinos y cientos de estudiantes de nuestra casa de estudios.
Pese al repudio generalizado, las autoridades de la universidad se negaron a solidarizarse con el joven herido y las familias que sufrieron la represión. Frente a esto estudiantes agrupados e independientes denuncian que las autoridades no lo repudian, ya que esto conlleva criticar a Axel Kicillof por ser el Gobernador responsable de la UTOI y de la Policia Bonaerense que amedrenta y reprime en los barrios populares de la Provincia. Desde En Clave Roja, Julieta también planteó la responsabilidad del municipio de Mayra Mendoza, quien habilita que las fuerzas represivas hostiguen a los vecinos y vecinas de Quilmes, haciendo luego demagogia con la inseguridad y reforzando el presupuesto para más policías, balas y gases.
“Hay que exigir castigo y justicia para los responsables de este hecho porque un menor fue baleado mientras estaba esperando comida en el merendero del polo obrero y afectando gravemente su visión. No podemos permitir que la respuesta al hambre de la gente y de nuestros pibes del municipio sean las balas. Esta casa de estudios ha sido siempre intransigente en lo que respecta a materia de derechos humanos, es por eso que nos parece importante que el proyecto salga”.
Desde La Izquierda Diario estuvimos cubriendo la jornada, podés ver la conferencia completa acá:
En la misma sesión, el rector y la mayoría del Consejo Superior patearon el apoyo a la salud pública
Mientras los médicos residentes del Hospital Garrahan llevaban adelante su segunda semana de paro en reclamo por salarios dignos y en defensa de la salud pública, el rector de la UNQ, Alfredo Alfonso, junto a consejeros y consejeras de FATUN, ADIUNQ, Alianza Universitaria, La Cámpora y Franja Morada, se negaron a tratar un proyecto de declaración en apoyo a su lucha.
El Hospital Garrahan es un centro de referencia nacional y latinoamericano en el que se atienden niños, niñas y adolescentes de todo el país, incluidos pacientes provenientes de la Provincia de Buenos Aires. Reconocido como un símbolo de la salud infantil pública, el Garrahan ha sido históricamente un espacio de atención médica de alta complejidad, gratuita y accesible para miles de familias trabajadoras. Su defensa no solo representa una causa gremial, sino la defensa de la salud de las niñeces.
La situación crítica del hospital afecta directamente a las infancias de vastos territorios del país, muchas de las cuales dependen del Garrahan como única alternativa frente a la complejidad de sus cuadros o la falta de acceso a la salud en sus provincias de origen. Esta realidad se vuelve aún más alarmante si se considera el colapso de las guardias pediátricas en la Provincia de Buenos Aires, donde el sistema de salud atraviesa una profunda crisis. Quienes viven en nuestro territorio no son ajenos a esto: el Garrahan es frecuentemente la opción a la que se recurre cuando otras instituciones no pueden garantizar la atención necesaria.
Cabe recordar que la Universidad Nacional de Quilmes, cuenta con carreras fundamentales para el sostenimiento y fortalecimiento del sistema sanitario, como la Licenciatura en Enfermería y la Licenciatura en Terapia Ocupacional. Además, alberga institutos de investigación vinculados directamente con la salud y la ciencia, como el Centro de Investigación y Desarrollo en Nanomedicinas (CIDeN) y el Centro de Oncología Molecular y Traslacional (COMTra). Por todo esto, la UNQ no es ajena a las consecuencias de los recortes en políticas públicas de salud y ciencia, que afectan tanto la formación profesional como la producción de conocimiento estratégico para el país.
Este 4 de junio a 10 años del Primer Ni Una Menos vimos como trabajadoras y trabajadores del Garrahan, de discapacidad junto a las familias y pacientes se unieron en las calles con el movimiento de mujeres y diversidades en la ronda de todos los miercoles de resistencia de jubiladxs. La respuesta al gobierno fue la unidad desde abajo y en las calles de todos los sectores atacados, en lucha y solidarios.
En cambio, el Consejo Superior de nuestra universidad ha decidido guardar silencio. No se pronunció ni solidarizó con un niño que fue brutalmente reprimido en el marco de la profundización de la política represiva del gobierno de Milei y Bullrich. Esta decisión tiene consecuencias ya que, además de querer borrar la tradición de la defensa en materia de derechos humanos de nuestra Universidad, queda pegado a la política de un Gobierno que defiende abiertamente a la policía. Hoy vemos como Patricia Bullrich llega a un nuevo nivel de cinismo al defender al policía que baleó a Thiago Correa y culpar a los supuestos ladrones por el disparo. Nuestro Consejo Superior al no pronunciar su repudio queda cercano a una gestión que reprime a jubilados todos los Miércoles. Pero tampoco se pronuncia con la lucha de las trabajadoras del Hospital Garrahan, que enfrentan el vaciamiento de la salud pública y reclaman condiciones dignas.
Estos posicionamientos responden a una lógica política reflejada en los dichos de Cristina Fernandez de Kirchner, que en sus discursos dialoga con la derecha atacando a los trabajadores estatales, docentes y de salud por su supuesta «ineficiencia». En unas semanas de alto impacto social de una lucha ejemplar de estos sectores, en su última entrevista primó un discurso netamente electoral. No obstante, cuando habla de «Estado eficiente», vuelve a hablar como si la responsabilidad del mal funcionamiento del Estado la tuvieran las y los trabajadores. Mientras naturaliza la subordinación al FMI, desligando su responsabilidad durante el gobierno de Macri donde su bloque tenía mayoría parlamentaria y aun así convalidaron una deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta votando a favor un plan de ajuste a medida de este organismo. Es por eso que hoy se cuida mucho de poner sobre la mesa como resolver la pobreza estructural, el trabajo precario y la situación de los miserables salarios o jubilaciones, en su gran mayoría muy por debajo de la canasta familiar.
La represión como modus operandi
Según datos recopilados por la Comisión Provincial por la Memoria, el “gatillo fácil” y la violencia institucional a manos de policías no dejó de crecer en los últimos años.
En su libro “La disciplina de las balas. Análisis en primera persona el gatillo fácil y la represión de la protesta en Argentina”, Carla Lacorte plantea que hablar de ese modus operandi de las fuerzas represivas es hablar, lógicamente, de la Policía y de sus víctimas, pero también de política, de Estado y gobiernos, del Poder Judicial, de negocios ilegales y crimen organizado con participación directa del Estado. Y es hablar de la criminalización de la juventud pobre, de su control social en clave clasista.
En palabras de la autora (sobreviviente de gatillo fácil en 2001 en Quilmes), “no hay que concederles a los asesinos de uniforme y a sus sostenes políticos y judiciales eso que tanto ansían: que nos consideremos víctimas individuales, que a lo sumo consiguen como toda compensación alguna condena a alguno de esos criminales en tanto individuos (fusibles lógicos del sistema), y desistamos de organizarnos hasta ser una gran fuerza social que de una vez por todas les cobre las cuentas a todos y cada uno de los culpables… con el socialismo”.
Sobran ejemplos de lucha y resistencia ante las políticas de ajuste y represión de los diferentes gobiernos. Son ejemplos de fuerza social la pelea por tierra, vivienda y trabajo con derechos de las familias de Guernica que, no olvidemos, fueron ferozmente reprimidas y desalojadas por la polícia de Berni al mando de Axel Kicillof durante el gobierno de Alberto Fernández. Estás familias eran en su mayoría mujeres, niñxs y adultos mayores que durante la pandemia se quedaron sin trabajo y en la calle, otras escapaban de sus casas, donde sufrían de violencia machista, en búsqueda de tierra para vivir. La respuesta del gobierno fue una feroz represión con más de 4000 efectivos de la policía Bonaerense.
A pocos días de haber inundado las calles en un nuevo aniversario del niunamenos reafirmamos nuestra idea sobre la violencia patriarcal que también se expresa en la represión a las niñeces pobres, en el abandono sistemático de la salud pública que sostienen en su mayoría mujeres trabajadoras. Esa violencia patriarcal se entrelaza en un mismo proyecto de ajuste, disciplinamiento y exclusión. ¡Ni una menos, ni un pibe reprimido más!
En un momento donde la represión se instala, aún más, como política de Estado y el ajuste se descarga sobre las jubiladas, jóvenes, trabajadores y disidencias, las autoridades de nuestra universidad permanecen en silencio, negándose a acompañar las luchas sociales más elementales. Nosotrxs hagamos todo lo contrario!
Construyamos una nueva marcha educativa
Que la movilización del miércoles pasado, y el paro universitario llamado para este 10 y 11 de junio por los salarios y el presupuesto educativo sea el puntapié para construir una nueva marcha educativa nacional desde abajo, sin confiar en los rectores que bajan el ajuste. Construyamos esta movilización en asambleas y con una coordinación real entre estudiantes, docentes, no docentes y organizaciones de los trabajadores. Porque la universidad que defendemos no puede ser indiferente frente a la represión a las niñeces, al ajuste en el Garrahan ni al saqueo a las jubiladas.
