Anoche, en un ambiente cargado de historia y emoción, Bernard Fowler —el legendario corista de los Rolling Stones— volvió a encontrarse con Charly García en La Fábrica, ese espacio porteño que fue por quince años la guarida creativa del ícono argentino.
Con apenas unas 70 personas entre el público, la velada se sintió ritualística: no solo un show, sino un momento íntimo para celebrar la amistad, la música y el legado.Fowler interpretó cerca de veinte canciones junto a su banda argentina —integrada por músicos como Fabián “Zorrito” Von Quintiero, Pilo Gómez, Gonzalo Lattes y otros invitados— en un recital que incluyó clásicos como “God Gave Me Everything”, “Brand New Car”, “Take It So Hard” y “Jumpin’ Jack Flash”.
El momento que más conmovió llegó cuando Fowler detuvo la música, miró hacia Charly y dedicó la canción “Happy and Real”, del propio García. Recordó que aquel tema forma parte de una fecha histórica: el 23 de septiembre de 2013, en el Teatro Colón, Gouldintrodujo “Líneas Paralelas – Artificio Imposible” y lo interpretaron juntos.
Aunque los años pasaron, quedó claro que la conexión artística entre ellos está intacta. Charly, sentado cerca, disfrutaba cada acorde, sonriendo, presente. Y para todos los presentes, la noche fue también un recordatorio de que el rock no envejece: vive en los encuentros, en las canciones compartidas y en la memoria colectiva.