Como si su aparición hubiera ocupado casi toda nuestra conciencia, hubo un tiempo largo en que Fútbol de Primera nos mantuvo en vilo y logró que practicáramos el aura de la expectativa. Para quienes no se interesaban en Tinelli, Mirtha o Susana, la sola existencia de ese programa pudo ser lo último que se haya visto solemnemente por televisión abierta.
Siempre, todavía hoy, nos llamó la atención que en los créditos se leyera: «Idea Carlos Ávila”. ¿Cuál era la idea de ese señor? ¿El fútbol?¿La transmisión de los partidos?
El antecedente más parecido en cuanto a formato había sido Todos los goles, por Canal 9. Entre otros periodistas allí estaba, con su moñito, Dante Zavatarelli, histórico comentarista de José María Muñoz en radio Rivadavia, el Riverito del fútbol. Iba después de Feliz Domingo. De 1983 a 1987. Otros periodistas eran Fernando Niembro, Adrián Paenza, Julio Ricardo. Las caricaturas en vivo de Luis Ordoñez fueron la marca registradas del programa.
Se llamaba Todos los goles, pero no le hacía demasiado honor a su nombre porque tenía goles, es verdad, pero había que cruzar los dedos para que pusieran los de tu equipo. Fútbol de Primera (1985-2009) sí daba todos los goles.
Después llegó Fútbol para Todos y fue una revolución: ni siquiera hubo que comprar el decodificador trucho, que además te dejaba ver porno en Canal Venus. Disneylandia era. Una fiesta inolvidable, sobre todo para aquellos hombres recién separados que, en 2009, podían empacharse de partidos, uno tras otro, nueve horas de seguidas de fútbol. Se televisaban gratis todos los partidos, por una medida gubernamental
El problema era que todo tenía su límite y uno sentía que ya había llegado al suyo. Reclamos de madres, te dejabas estar, ya ni siquiera ibas al chino, pasabas todo el fin de semana mirando partidos, escuchabas al relator militante. Fue el programa de televisión que más hemos visto en la vida.. Sin embargo, tanta libertad nos saturó y desde entonces nada volvió a ser igual. Hoy los goles los ves a cada rato, donde quieras, por el celu viajando apretado en el subte en hora pico.

Los especiales del regreso
La noticia ahora es que vuelve Fútbol de Primera por un rato, con el formato de cinco especiales a partir del 8 de junio por la pantalla de eltrece.
A lo largo de cinco domingos, y con la excusa válida de sus 40 años, la invitación dice que se revivirán momentos históricos. Prometen entrevistas, definiciones de campeonatos, partidos, goles, jugadas célebres. El último partido de Maradona en Boca, la vuelta de Francescoli a River, el título de Racing del 2001 y de Independiente en el 2002, los campeonatos de Carlos Bianchi en Vélez, el «Gatorei» de Bilardo como DT de Estudiantes de La Plata.
Conocimos la idea de Carlos Ávila el 4 de agosto de 1985 por ATC. Por esos días, Mauro Viale patentó un estilo: “¿Quién mueve?” «Muevo yo, Mauro…». Cuatro años después, el 13 de agosto de 1989 arrancó la etapa del programa en Canal 9. Su debut tuvo como “perlita” una bienvenida de Silvio Soldán a Enrique Macaya Márquez. Allí mismo Marcelo Araujo se presentó como el nuevo relator del ciclo.
Fútbol de Primera desembarcó en Canal Trece con el compromiso de cubrir una mayor cantidad de partidos por fecha. 9 de agosto de 1992. A mediados de marzo del año siguiente se hizo una triple transmisión panóptica con los equipos que podían salir campeones del Apertura ‘93. Una semana después comenzó el Clausura 1994 y apareció el mítico Telebeam con sus paralelas y sus puntos de fuga. La prehistoria del VAR ya estaba entre nosotros.
La época de oro, sin dudas, fue la de Araujo y Macaya. Hace cosa de un año nos cruzamos a Marcelo en el 68. Lo mirábamos sin poder creer que viajara en colectivo como cualquier mortal. Araujo era como el Mariano Closs de ahora. Todo un personaje que desestructuró el relato. Imposible olvidar cuando abandonó el micrófono en medio de un golazo de Luis Medero durante un partido de Boca-Platense. Macaya, que siempre parecía mayor que el resto de los televidentes, derramaba un respeto señorial y analizaba el fútbol como si se tratara de un pilar fundamental del sistema.

Adrián Paenza, con sus análisis, era la tercera pata de ese equipo.
Cómo hacer para no enterarse
Puede que hayas sido de los que te gustaban más los goles secuestrados (secuestrados por la televisión abierta). Si se referían a eso, bueno, pero el suspenso obligaba a una rutina hermosa. Muchos futboleros, que no podían ir a la cancha por razones varias, tenían el extraño ritual dominguero de intentar no escuchar cómo había sido el resultado del club de sus amores para, recién después de la 22, enterarse en Fútbol de Primera.
Todo estaba concentrado en un momento único de la televisión argentina. Y la música de Blade Runner, la cortina del programa con su torre de sintetizadores, funcionaba provocando el mismo efecto hipnótico del Tudum de Netflix. Fútbol de Primera, una religión.
