Barcelona
¿Imagina tener todo lo que siempre ha soñado y aun así sentirse profundamente infeliz? Esa duda ha acompañado muchas veces a Ariana Grande, coprotagonista del musical Wicked junto a Cynthia Erivo, cuya segunda parte se estrena este viernes. Ariana fue una niña prodigio que soñaba con actuar en Broadway y que terminó convirtiéndose en una de las estrellas del pop más grandes de nuestros tiempos.
Pero su camino no ha sido fácil –ni tan bonito como el de baldosas amarillas– y cada etapa ha estado marcada por una estética muy particular. Ariana Grande saltó a la fama en la serie Victorious (2010-2013). Su personaje de “niña buena”, con vestidos cursis llenos de flores y volantes, definió también su primera etapa como cantante.
Ariana Grande en su papel de Cat Valentine para la serie ‘Victorius’
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Con su segundo álbum My everything (2014) desarrolló su identidad artística y empezó a consolidarse como estrella del pop. Empezaba a ser muy querida por el público, a pesar de alguna que otra polémica. En 2016, al lanzar su tercer álbum, Dangerous Woman , Ariana oficializó su relación con el rapero Mac Miller y dejó atrás la imagen de niña buena. Esto dio inicio a una etapa más intensa y oscura en su vida y carrera. Cambió las flores por el látex, y los stilettos por unas maxi botas de tacón.
Ariana Grande
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Pero su vida se detuvo un 22 de mayo de 2017, cuando un atentado terrorista en su concierto en Manchester terminó con la vida de 23 personas. Este trágico suceso le provocó un miedo profundo a volver a subir a un escenario, mientras la presión mediática a su alrededor crecía. Durante ese tiempo, era común verla llorar en las entrevistas. Todo ese dolor lo volcó en Sweetener (2018), que fue galardonado como “mejor álbum de pop” en los Grammy.
Un mes después del lanzamiento, la tragedia regresaba a la vida de Ariana. La que fue su pareja Mac Miller falleció víctima de una sobredosis con solo 26 años. En los Billboard dijo que fue su “mejor año en lo profesional y el peor en lo personal”. Durante los siguientes dos años su viraje a la estética japonesa, propia de los kawaii , la volvió a colocar en el foco de la polémica por apropiación cultural.
La trayectoria de ambas ha estado marcada por actos de resiliencia y dramas en el entorno cercano
Ariana Grande y Mac Miller
Propias
En 2020, Ariana Grande anunció que interpretaría a Glinda en Wicked , un papel que estuvo manifestando desde niña y para el que dedicó dos años de preparación. Desde entonces, cambió las minifaldas cortas por vestidos rosas, su larga coleta marrón por una melena rubia, y los cordones por grandes lazadas. Durante toda la promoción la criticaron por su físico, pero ella respondió defendiendo que “nunca antes había sido tan feliz” y explicó que la imagen con la que la comparaban correspondía a un momento en el que estaba profundamente deprimida y que ahora se sentía llena de confianza.
Un cambio que probablemente nunca habría llegado sin la ayuda de Cynthia Erivo, a la que define como “amiga y hermana”. Ella representa la otra cara de la moneda: una mujer segura de sí misma, que no teme a la opinión pública y que utiliza el color negro como símbolo de fuerza. Su trayectoria es un ejemplo claro de cómo el talento, el trabajo duro y la formación pueden abrir caminos.
Cynthia Erivo, a la izquierda, y Ariana Grande en la premiere de la segunda parte de Wicked en Nueva York
Evan Agostini / Ap-LaPresse
Desde los cinco años ya actuaba en la escuela y aprendió a usar la moda como lenguaje no verbal, comunicando orgullo de su origen nigeriano y de ser mujer negra en industrias históricamente excluyentes. Al igual que Elphaba en Wicked , quien es rechazada por su propio padre debido a su piel verde, Erivo explicó que vivió un dolor similar cuando su padre la abandonó siendo niña.
Más tarde debutaría en el West End, antes de su gran salto con la versión musical de El color púrpura , papel por el que ganó el Tony a Mejor Actriz en Musical y el Grammy a álbum musical. A pesar de su éxito, buscaba inconscientemente impresionar a su padre para que regresara. “Menos mal que tengo un buen terapeuta, eso sí que me ayudó”, contó durante una entrevista a The Sun .
Cynthia Erivo antes de su entrada triunfal en la Gala Met 2025
Charles Sykes / Ap-LaPresse
Cynthia Erivo con el diseño de lentejuelas
Instagram @cynthiaerivo
Tras un viaje de autoconocimiento, parecido al de Elphaba, Erivo ha hecho que la moda forme parte de la historia que quiere contar. En la alfombra roja usa trajes masculinos reinterpretados o vestidos con siluetas dramáticas que desdibujan los géneros. “Para algunos el camino no ha sido construido con ladrillos amarillos, sino con baches y vidrios rotos”, dijo este año al recibir un premio por visibilizar al colectivo LGBTQ+. En pocas palabras, para Erivo la ropa no es solo una vestimenta, sino una extensión de su voz y presencia en el mundo.


