El uso de este producto natural durante el lavado de frutas y verduras contribuye a disminuir la presencia de microorganismos como Escherichia coli, Salmonella o Listeria.
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Redacción El País
Remojar la lechuga en vinagre blanco es un truco de cocina que muchas personas utilizan sin saber exactamente por qué funciona. Además de ser una práctica sencilla, este método ayuda a eliminar impurezas y a reducir la cantidad de microorganismos presentes en las hojas, garantizando un consumo más seguro de los vegetales frescos.
El vinagre blanco contiene ácido acético, un compuesto con reconocidas propiedades antimicrobianas capaz de actuar contra bacterias y hongos. Por eso, se emplea tanto en la limpieza del hogar como en la desinfección de alimentos. Aunque no sustituye a los desinfectantes comerciales, su uso durante el lavado de frutas y verduras contribuye a disminuir la presencia de microorganismos como Escherichia coli, Salmonella o Listeria.
Este producto, derivado de la fermentación de alcoholes como el de caña de azúcar, maíz o melaza, también posee propiedades antisépticas y antibacterianas, lo que lo convierte en un aliado natural para mantener la higiene tanto en la cocina como en los alimentos.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) recuerda que los vegetales frescos pueden contaminarse desde su cultivo —por contacto con el suelo, el agua o los fertilizantes— y que la manipulación posterior, durante la cosecha, el transporte o la preparación, aumenta ese riesgo. Por eso, la desinfección antes de consumirlos es una etapa fundamental.
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Cómo limpiar la lechuga con vinagre
Este método casero es económico, seguro y fácil de aplicar:
- Enjuagá la lechuga bajo el grifo para eliminar tierra o restos visibles.
- Prepará una mezcla con una taza de vinagre blanco por cada tres tazas de agua.
- Dejá las hojas en remojo durante unos 10 minutos, procurando que queden completamente cubiertas.
- Enjuagá nuevamente con agua fría para retirar cualquier rastro del vinagre.
- Escurrí bien antes de guardarla o servirla.
De esta forma, se consigue una limpieza más profunda sin alterar el sabor ni la textura de las hojas. Incorporar el vinagre a la rutina de limpieza de los vegetales es una forma simple y efectiva de disfrutar ensaladas más seguras y frescas.
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En base a El Universal/GDA
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