El río Rímac es el más importante de Lima, Perú, por el hecho de que abastece de agua potable a la capital del país. Cuando los vecinos vieron que una parte del mismo amaneció color rojo pusieron el grito en el cielo.
En las últimas horas se viralizaron imágenes de buena parte del río completamente teñida de ese color. Sucedió en la zona que va desde el puente Trujillo hasta la alameda de Chabuca Granda, informó el medio local La República.
El Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal) intentó llevar tranquilidad pero no explicó el porqué de la coloración del agua.
En un comunicado publicado el 4 de febrero en Facebook, el ente informó que garantiza la seguridad y calidad del agua potable suministrada a la población de Lima y Callao y enfatizó en que la captación del agua en sus plantas se realiza con total normalidad.
Explicó que a la altura del bocatomas el agua no presenta coloración y que ese fenómeno se dio por abajo de las puertas de captación. “No representa ningún riesgo para el proceso de abastecimiento”, sostuvo Sedapal, y finalizó asegurando que su servicio sigue siendo “confiable”.
Por su parte, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) comunicó que llegó a la zona y tomó muestras en diversos puntos aledaños a la Planta de Tratamiento La Atarjea.
🚨Tras emitida la alerta sobre la alteración de la coloración del agua del río Rímac, personal especializado de ANA, a través de su Administración Local de Agua Chillón Rímac Lurín, llegó a la zona y tomó muestras en diversos puntos aledaños a la Planta de Tratamiento La Atarjea. pic.twitter.com/OP3sqi7fMA
— Autoridad Nacional del Agua (@ANAPeru) February 5, 2025
«Desde la #ANA, seguiremos cumpliendo con nuestra función de supervisión midiendo la calidad del agua de las fuentes naturales para entregar los resultados a las instancias competentes, y, de encontrarse alguna alteración, se tomen las acciones correspondientes a la brevedad», tuiteó la cuenta oficial de ANA.
La importancia del río Rímac
El río Rímac tiene una longitud de 160 kilómetros y divide las regiones Norte y Sur de la capital.
En su cuenca se halla la planta de tratamiento de agua La Atarjea, administrada por Sedapal. Ahí también están las centrales hidroeléctricas de Pablo Boner, de Huinco, de Barbablanca y Juan Carossio.
Anualmente Sedapal gasta millones de dólares en la purificación de esta agua hasta un nivel potable para su distribución a la población. De ahí la preocupación de quienes exigieron explicaciones por la preocupante coloración del río.