La Fundación Pensar, a través de su informe «Pensar Internacional – Septiembre» (Edición «El Golfo»), emitió una contundente recomendación a la dirigencia argentina: ampliar la mira hacia regiones no tradicionales para capitalizar un nuevo escenario global.
El documento, que cuenta con la participación de Mauricio Macri, Presidente Pro de PRO, y los autores Fulvio Pompeo (Secretario de Relaciones Internacionales, PRO) y Horacio Reyser (Exsecretario de Relaciones Económicas Internacionales), diagnostica que el mundo «ya no gira en torno a un solo centro de poder» y que el país enfrenta la «imperiosa necesidad de insertarse de manera inteligente en el escenario global».
Macri, en su columna, enfatiza que la política exterior debe ser una herramienta concreta al servicio del crecimiento sostenido, y no retórica. Argumenta que el aislamiento del pasado «nos costó desarrollo, inversiones y oportunidades de crecimiento».
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Ante una agenda de estabilización en marcha, el expresidente sostiene: «Tenemos la posibilidad histórica de dar un salto de competitividad. Y ese salto dependerá también, en buena medida, de la forma en que nos vinculamos con el mundo».
En este contexto de multipolarización, la Fundación señala las «limitaciones de perpetuar en el tiempo una excesiva dependencia de un reducido número de países y la consecuente necesidad de ampliación y diversificación de socios». Por ello, urge a la adopción de una «estrategia integral para fortalecer los vínculos con el Golfo, entendiendo el peso económico y geopolítico creciente de la región».
Los países del Golfo: de protectorados a potencias estratégicas
El informe destaca la asombrosa transformación de los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC: Arabia Saudita, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar). Si hace apenas cinco décadas «eran protectorados británicos que parecían condenados a permanecer en la periferia del sistema internacional», hoy se han convertido en «actores estratégicos de primer orden» y en un «nodo clave de la geopolítica y la economía mundial».
Pompeo y Reyser detallan los pilares de este éxito:
1) Visión de futuro y Fondos Soberanos: la región supo canalizar la renta petrolera, entendiendo que era «finita y volátil», para crear fondos soberanos. Hoy, con más de 3 billones de dólares bajo gestión, estos fondos son «el motor silencioso de la transformación», permitiendo la diversificación de riesgos e inversiones. La «verdadera singularidad del Golfo radica en cómo administraron esa renta extraordinaria y en qué la transformaron».
2) Diversificación y Tecnología: las monarquías han lanzado planes a largo plazo (Visión 2030, Plan Dubái 2040) buscando reducir la dependencia del commodity e invertir en sectores de futuro: «inteligencia artificial, infraestructura digital, ciudades inteligentes, transporte autónomo, biotecnología y deportes».
3) Diplomacia Pragmática y Marca País: el Golfo ha cultivado «relaciones equilibradas con las grandes potencias» (EE. UU., China, Rusia) y ha utilizado eventos globales como el Mundial de Fútbol 2022 o la Expo Dubái 2020 para proyectar una marca país asociada a la «modernidad, ambición y seguridad».
Lea el informe completo:
Oportunidades concretas para Argentina
Para la Argentina, la vinculación con el Golfo no es solo conveniente, sino estratégica. El informe subraya que estos países, en su búsqueda de seguridad alimentaria y transición energética, se convierten en «socios naturales» para Argentina, que cuenta con el potencial de recursos naturales y talento humano.
Los autores identifican una «fuerte potencialidad y complementariedad» en varios sectores:
1) Agroindustria y Alimentos: la seguridad alimentaria es una «prioridad para los países del Golfo». Argentina es un exportador neto y puede posicionarse como un proveedor confiable de alimentos, especialmente en el segmento halal, una «ventaja comparativa clave frente a competidores como Brasil y Australia».
2) Minería y Energía: proyectos en litio, minerales estratégicos, energías renovables y «asociaciones estratégicas en Vaca Muerta pueden atraer inversión de fondos soberanos y compañías privadas».
3) Infraestructura y Logística: existe la oportunidad de que la inversión del Golfo, ya presente en otros países sudamericanos, financie obras que «mejoran la competitividad exportadora» en Argentina, siempre que se genere confianza para proyectos de largo plazo.
4) Tecnología y Biotecnología: son áreas de creciente interés para la diversificación del Golfo, en las que Argentina es un «jugador relevante en la exportación de servicios» y puede atraer el financiamiento de fondos soberanos para proyectos de biotecnología y salud.
La clave institucional: diplomacia presidencial y previsibilidad
El informe concluye que, para capitalizar estas oportunidades, el país debe «sostener una política exterior pragmática, profesional y consistente, capaz de brindar previsibilidad a los inversores y confianza a los socios estratégicos».
La experiencia internacional demuestra que la «diplomacia presidencial juega un rol decisivo», ya que las visitas de alto nivel «no son meros gestos protocolares, sino herramientas para proyectar al país como un socio confiable y con visión de largo plazo».
Se destaca como antecedente valioso la agenda de acercamiento de 2015-2019, que sentó bases institucionales. Se menciona la firma del Tratado Bilateral de Inversiones con Emiratos Árabes Unidos, aprobado por ambas cámaras en octubre de 2024, y el de Qatar, que cuenta con media sanción parlamentaria.
Estos acuerdos complementan los incentivos del RIGI para atraer capital extranjero y «pueden servir de marco para inversiones de largo plazo».
El informe reitera la necesidad de una estrategia que articule el Estado, las provincias y el sector privado, para que Argentina deje de ser espectadora y «ocupe el lugar que nos corresponde en un mundo que se reconfigura rápidamente».
ds