En un contexto donde las herramientas basadas en inteligencia artificial ganan cada vez más protagonismo, surge una necesidad clave para los usuarios: aprender a interactuar con ellas de forma eficiente mediante los denominados prompts.
Si bien los sistemas como ChatGPT, desarrollada por Sam Altman, están diseñados para interpretar lenguaje natural, la calidad de las respuestas que ofrecen suele depender directamente de la claridad y precisión con que se formulan las preguntas.
Greg Brockman, presidente de OpenAI, compartió recientemente un enfoque desarrollado por Ben Hylak, diseñador de productos especializado en IA y cofundador de la plataforma Dawn, donde dio precisiones sobre la cómo escribir el «prompt perfecto».
La propuesta funciona como una guía conceptual sobre El cómo organizar ideas al momento de usar asistentes inteligentes. Más que una fórmula, es un marco flexible que apunta a mejorar la comunicación con estos sistemas sin exigir conocimientos técnicos avanzados.
El prompt, fundamental para sacarle provecho a la IA
El avance de la inteligencia artificial convirtió al diseño de prompts —es decir, las instrucciones que le damos al sistema— en una habilidad valiosa tanto para la vida diaria como para el trabajo que hasta tiene carrera universitaria. Automatizar tareas, mejorar textos, buscar soluciones creativas o resolver problemas técnicos son apenas algunos de los usos posibles.
Por eso, crece el número de personas que deciden adoptar esta tecnología o explorar cómo integrar estas herramientas en su rutina: desde profesionales hasta estudiantes, emprendedores o simplemente usuarios curiosos.
La buena noticia es que no hace falta ser experto en programación para empezar a sacar provecho: basta con tener en claro qué se quiere, cómo pedirlo y para qué se necesita.
Entender cómo estructurar una pregunta permite no solo obtener mejores resultados, sino también evitar frustraciones. En un entorno donde la velocidad y la precisión son claves, afinar la forma de consultar puede marcar la diferencia.
Cómo escribir el prompt perfecto en cuatro pasos
Foto: Reuters- Primero hay que determinar principalmente qué se está buscando con la consulta, o sea, el objetivo.
- Luego, como de costumbre, la forma o estructura en que se espera recibir la respuesta.
- El prompt debe incluir advertencias o restricciones, es decir, las condiciones que deben respetarse sin atenuantes.
- Finalmente, el contexto. Las instrucciones deben tener en claro la motivación o la situación que impulsa la solicitud.
Una petición confusa o ambigua tiende a generar resultados genéricos, poco útiles o directamente irrelevantes. En cambio, cuanto más definido esté el objetivo, más concreta será la respuesta del sistema.
Un ejemplo habitual tal como describen los desarrolladores detrás de ChatGPT: no es lo mismo preguntar “dame ideas para vacaciones” que “recomendame cinco destinos culturales en México para visitar en verano, que no sean playas y tengan buena conexión por transporte público”.
Además del contenido, también importa la forma. Pedir que la información llegue en formato de lista, tabla, texto breve o resumen puede ser la diferencia entre un dato útil y uno confuso. Esta simple indicación puede ordenar mejor el contenido y facilitar su comprensión o aplicación práctica.
SL
