En tiempos de tanta atomización política no es fácil encontrar un proyecto de largo plazo que haya conseguido sobrevivir a la ausencia de mayorías y a los vaivenes ideológicos. El proyecto de Glòries es uno de ellos. En el 2007, tras años de reivindicación, se alcanzó un acuerdo con los vecinos y en el 2014 se empezó a derribar el anillo viario que era el símbolo de un modelo urbanístico ya agotado. A día de hoy, el 80% de la transformación prevista ya está terminada en este enclave de cerca de 12 hectáreas que separa barrios y distritos. El espacio público está casi acabado y básicamente faltan equipamientos y edificios de viviendas. Si nada lo evita, tras una inversión pública de otros 100 millones de euros (ya se han gastado o están en ejecución un total de 640 millones), la nueva plaza de las Glòries debería estar lista a lo largo del año 2030.
El proyecto de Glòries puede resumirse en tres grandes ámbitos: túnel viario, parque urbano y servicios para el vecindario. Cada uno de ellos lleva asida una larga lista de elementos secundarios y nuevas oportunidades, como la losa que cubre la galería de coches, con los vecinos de Gran Via, entre Castillejos y la rambla del Poblenou, pasando de convivir con una incómoda autopista urbana a tener una calle peatonal debajo de casa.

Lectura en la ‘gran clariana’, uno de los lugares estrella del parque de Glòries, el pasado viernes
Àlex Garcia
El diseño de la gran zona verde, tras mucho debate, generó en el lado mar de la gran plaza uno de los intercambiadores de transporte público más importantes de la ciudad, con el tranvía prolongado hasta el corazón del Eixample, metro, Bicing y autobuses. Sumado a los equipamientos y los pisos, el proyecto terminará por generar una nueva centralidad urbana.
Futuro inmediato
Un concurso internacional decidirá el diseño de la Torre Ona, uno de los grandes proyectos pendientes en la plaza
La arquitecta jefe del Consistorio, Maria Buhigas, lo explica con un mapa de la zona en las manos. “Es como si los barceloneses hubieran desplegado una nueva página del plano de la ciudad que tenían escondida y doblada”. Se refiere a Glòries, pero también a la apertura de la Diagonal hacia el mar que derivó en el nacimiento de un vecindario. Porque una cosa son los límites físicos del término municipal, y otra muy distinta, la sensación de que con aquella Meridiana que entraba sin semáforos y ese anillo viario al que no le tosía nadie, Barcelona empezaba precisamente en la plaza que Ildefons Cerdà ideó como epicentro metropolitano. Como si parte de Sant Martí y Sant Andreu no hubieran existido nunca si no vivías aquí.

Gran Via, con el lado montaña urbanizado y el lado mar aún por transformar, pendiente de duplicar la vía del tranvía
Àlex Garcia
El proyecto pendiente más emblemático es sin duda la Torre Ona, un edificio singular que tiene reservado un solar encima de la Torre Glòries, al otro lado de la Diagonal, junto al centro comercial. El Ayuntamiento dará más novedades en breve, avanza Buhigas, pero la idea es convocar un concurso internacional para definir el perfil de una finca que contendrá oficinas, equipamientos (probablemente incluya un auditorio previsto en el compromiso) y pisos. No está definida la altura, aunque años atrás se habló de un inmueble que podría hacer sombra a la obra del arquitecto Jean Nouvel. Se da por seguro que tendrá un tamaño considerable, habida cuenta de que la amplitud del espacio lo permite y que los edificios de viviendas sitos al otro lado de la plaza superan las 10 plantas, pero el Ayuntamiento no prevé un volumen que supere el de la Torre Glòries.
Equipamientos
La Fàbrica del Sucre será un contenedor de entidades del barrio, entre castellers y ‘scouts’ y aficionados a la petanca
También falta el CAP y centro de día Fort Pienc-Sagrada Família, previsto en Gran Via con Nàpols (donde estaban los míticos Bingo Billares), un edificio que incluirá vivienda dotacional en las plantas superiores y que corre a cargo de la Generalitat. El proyecto ejecutivo ya está redactado; solo falta pasar a la acción. Se espera que este terminado a finales del 2027. Otro CAP en barbecho es de la Llacuna i el Poblenou, en Bolívia con Ciutat de Granada. Las obras deberían empezar en 2027, de manera que esté terminado al año siguiente. Estos dos proyectos son la mejor demostración de hasta qué punto el compromiso de Glòries, con 30 grandes proyectos distintos, va más allá del perímetro de la plaza.

Solar destinado a la Torre Ona, cuyo diseño se decidirá en un concurso internacional
Àlex Garcia
También espera remate la rehabilitación de la Fàbrica del Sucre, nave industrial de 1893 situada en la calle Cartagena que será un contenedor de entidades del barrio (colla castellera de la Sagrada Família, Agrupament Escolta Antoni Gaudí y el club de petanca La Cènia). El proyecto ejecutivo se encargará en breve. Tampoco hay obra a la vista, pero no debería tardar en licitarse, en Tànger con Pamplona, donde se espera la construcción de un polideportivo semisoterrado. Tiene el proyecto listo desde hace un año, falta que el Ayuntamiento desatasque la financiación.
También habría que cubrir las vías de Adif de la Meridiana, pero no sucederá ni a corto ni a medio plazo. Y en cualquier caso, después de tapar el tren en toda la ciudad, que quede algo del ferrocarril a la vista es una suerte de homenaje a lo que un día fue Barcelona. El pacto con los vecinos incluía también una nueva estación de trenes, un plan de 59 millones de euros que debía asumir el Gobierno, pero ni está ni se la espera.
Más zona verde
Antes del año 2026 estarán en marcha los derribos en Consell de Cent, donde va
el denominado balcón de Glòries
Uno de los sectores más verdes es el del denominado balcón de Glòries, justo por encima de la gran clariana, a la derecha, en la frontera con Consell de Cent, donde algunas fincas están pendientes de derribo para poder incrementar las hectáreas de parque. Está a punto de adjudicarse el primer lote de demoliciones, al que le seguirá un segundo. En pocos meses, todo tumbado. El último escollo, amén de algún realojo, son las actividades comerciales que aún operan en los bajos de las fincas afectadas, indican fuentes del Ayuntamiento. En este ámbito también está prevista la escuela Gaia, que ya dispone de proyecto ejecutivo para instalarse en las antiguas dependencias de la Fàbrica de Paraigües.

Nueva zona deportiva, en Gran Via con Glòries
Àlex Garcia
Siguiendo el perímetro por el oeste, ahí van tres promociones más de viviendas. Según el planeamiento original, al término del proyecto deberían haber florecido un total de 2.190 viviendas, de las cuales 803 (el 37%) serán de protección oficial, a las que hay que sumar 226 dotacionales (residencia temporal para atender a colectivos específicos). En cuanto a los promotores privados, van avanzando conforme les llega el permiso municipal. Hasta hoy están terminados, en ejecución o con licencia para empezar, el 75% de los pisos previstos.
En estos 11 años de obras, la inversión pública en Glòries asciende a unos 640 millones de euros. A la vista de lo que falta, la Administración tendrá que desembolsar unos 100 millones más, hasta llegar a los cerca de 750 millones de euros, aunque si al final son 800 tampoco sería ninguna sorpresa, pues siempre hay imprevistos o añadidos de última hora, como lo fue en su momento la urbanización de la Meridiana, no contemplada en el compromiso por Glòries. En cuanto al calendario, si la redacción de los proyectos y la ejecución de las obras siguen el curso establecido, en algún momento del 2030 se podría poner fin a 15 años de polvo y grúas.
Dinero pendiente
La inversión pública final rondará los 750 millones, pero con la cosa pública nunca se sabe, igual, con imprevistos, son 800
Se habrá terminado una de las obras urbanísticas más importantes de la historia reciente de Barcelona, un honor que podrá blandir poco tiempo, pues la Sagrera, una vez terminada la estación, dará paso a una transformación mucho más grande que incluye un gran paseo de cuatro kilómetros entre el puente del Treball y el Nus de la Trinitat. Pero eso será otra historia.
En Gran Via
Las obras para desdoblar el tranvía empezarán el 16 de octubre
El proyecto de espacio público pendiente de mayor relevancia, con permiso del balcón de Glòries, afecta al lado mar de la losa de Gran Via. Ahí está previsto doblar las vías del tranvía, que ejercerán a la vez de carril bus (insólito en la Barcelona moderna). Esta obra, que empieza el 16 de octubre, incluye un cambio de trazado de la infraestructura. El Tram ya no entrará en la Gran Via desde Glòries. Bajará por la Diagonal y las líneas T5 y T6 subirán por Ciutat de Granada para volver a su trazado habitual. Así, la entrada peatonal de la avenida a la plaza se hará con menos tropezones.