29.4 C
Buenos Aires
sábado, febrero 8, 2025

El testimonio de Martín Fablet, damnificado por Conexión Ganadera: «Me duele por los que tenían todos sus ahorros»

Más Noticias

Redacción El País.
El comunicador Martín Fablet se consolida con sus intervenciones “fuera de libreto” en Las cosas en su sitio. Lleva 25 años en Radio Sarandí, lo que lo convierte en el conductor de mayor permanencia en la emisora. También tiene un proyecto de TV. En lo personal, el 2025 comienza con la confirmación de una nueva historia de amor con Valentina, de quien solo puede decir que se dedica a la salud. “Es más joven y mucho mejor que yo. No sé cómo me dio bola”, asegura, fiel a su estilo irónico.

El trago amargo del 2025 viene por el lado económico: Fablet es de los inversionistas perjudicados por la crisis de Conexión Ganadera, donde había destinado algunas decenas de miles de dólares. Desde 2013 integra el grupo de inversiones en la empresa, ahora en cese de pagos, a punto de entrar a concurso de acreedores y con un pasivo estimado en 250 millones de dólares.

“Para los que tenemos algo de espalda, entre los que me incluyo, es un gran disgusto. Pero me duele muchísimo la gente que tenía los ahorros de su vida ahí”, comenta Fablet, quien también se dedica al rubro empresarial como director de dos empresas. En entrevista, brinda testimonio sobre cómo cayó en la trama.

-¿Cómo estás viviendo estos días luego de que se conociera la crisis de Conexión Ganadera?

-Con gran pena. Más allá de mi caso particular, que es una amargura, las historias que estoy escuchando de gente que puso todos sus ahorros ahí, son escalofriantes. Había familias o grupos de amigos que ponían cada uno un poco para llegar a 15.000 o 20.000 dólares y hacer un contrato. Quedaron todos adentro. A la radio llegan muchísimos mensajes cada vez que tratamos el tema. Lo que yo recomiendo, señora y señor inversionista, junte todos los papeles que tenga de Conexión Ganadera y ordénelos para que pueda verificar su crédito. Hay quienes tienen vacas particulares, con su caravana y su Dicose y otros donde se hacía una inversión genérica de engorde de bichos. En este segundo caso, es importante demostrar que hay un crédito a favor para que lo evalúe el síndico que designe la Justicia. Ahora se viene un proceso arduo, donde los únicos que van a hacer guita son los abogados. Yo los escucho a los letrados y cada vez tienen más clientes. Bien por ellos; tendrán trabajo varios años con este desfalco.

-En tu caso, ¿cómo se dio tu ingreso?

-Empecé en 2013. Conocía a Gustavo Basso. Era un hombre que me generaba confianza y solidez en lo suyo. No porque fuera un encantador de serpientes, sino porque realmente en el mundo del agro era un tipo sumamente respetado. A Pablo Carrasco lo conozco menos, pero los dos eran referentes de la ganadería. Ahora, con el diario del lunes, nos tratan de giles a quienes confiamos pero en su momento, los tipos eran absolutamente respetados. Eso era unánime.

Martin Fablet
Martin Fablet.

Leonardo Maine/Archivo El Pais

-Una de las cosas que se dice es que era insostenible la tasa fija para un negocio variable…

-Sí, y no solo eso: uno invertía en dólares, el negocio se hacía en pesos y te daban una renta en dólares. Pero funcionaba. Por 25 años cumplían con los contratos. En mi caso, las utilidades llegaban tal cual se había acordado. Por eso hay más de 4.000 personas que entraron y si se suma a los de República Ganadera y Grupo Larrarte, hay muchos más. Era una inversión que se ofrecía: todos los escritorios y los estudios lo hacían. “¿No querés engordar bichos?”. Era una cosa normal que todo el mundo hacía. No había otra inversión tan tentadora porque los bancos ofrecen una tasa bajísima. En este caso, eran vacas, la plata quedaba en tu país y un rubro productivo. No es el dulce pique los dientes, como dicen. No: realmente no hay otra inversión que sea tentadora. En el rubro inmobiliario, por ejemplo, es vidrioso. Salvo que la propiedad sea nueva, da mucho dolor de cabeza. Entonces, el fondo ganadero era una opción muy tentadora y por eso entró tanta gente.

-¿Cuándo empezaste a sospechar de que podía reventar?

-En setiembre pasado hablé un rato largo con Gustavo. Ya había estallado el tema de República Ganadera y Grupo Larrarte. Pero él transmitía tranquilidad: decía que esto iba a trazar la diferencia entre los que hacían las cosas bien, como ellos en Conexión, de los que no. De hecho, él manejaba la opción de traerse a los inversores de los otros fondos, con una tasa menor. Después, en octubre, Carrasco y Basso se mandaron una mega fiesta en La Baguala. Ahí atrajeron a más inversores. Como dicen algunos analistas, creo que no empezó como esquema Ponzi pero terminó en uno. Y al final, viendo que tenían un agujero de novela, se dedicaron a atraer más y más inversiones para taparlo. Mucha gente entró en los últimos meses y esos son los peores. En mi caso, puedo tener el consuelo de que empecé en 2013 y obtuve más de 10 años de los beneficios de la guita que puse.

-¿Nunca pediste para salirte?

-No. Todos pensamos que era seguro el negocio. Ellos transmitían confianza. Me pasó una vez que una amiga me pidió el contacto de Gustavo porque quería poner unos pesos. Se pusieron en contacto y él le dijo que no tenía lugar. Hasta eso tenían para darle realidad al negocio: rechazaban la plata y al tiempo sí aparecían diciendo que había una vacante. Pero vos te quedabas con esa tranquilidad de que era imposible que fuera una estafa, si tienen lista de espera. Por suerte mi amiga no puso la plata. Otro aspecto de “seriedad” era que fueron bajando las tasas. Al principio eran más altas. Todo eso le daba una verosimilitud al negocio, que nadie dudaba. Decías: “Sí, se están acomodando a la realidad de una actividad que da menos”. O cuando alguien les decía que el productor, dueño de un campo, se partía el lomo para tener una rentabilidad del 4 o 5%, Basso y Carrasco tenían una respuesta para dar el 7 u 8%. Que ellos te hacían participar solo del engorde, de lo mejor del negocio. El resto de los costos no entraban en el negocio. Todo sonaba convincente.

-¿Te sorprendieron los números de pérdida dados a conocer recientemente?

-Sí, 250 palos de pérdida es un agujero enorme. En el desarrollo de un negocio “normal” no se puede perder tanto. ¿Dónde está la guita? Es la pregunta de los 250 millones. En una plaza tan chiquita como la de Uruguay, un buraco así es enorme.

Martin Fablet
Martín Fablet

Leonardo Maine/Archivo El Pais

-Ahora se reportaron casos de incumplimientos anteriores a la crisis. ¿Contigo siempre cumplieron?

-Siempre. Me pasó alguna vez que me llamaba Gustavo y me decía, “Che, fui a vender tus bichos y no me los pagaban como quería. Vamos a esperar un mes más”. Y yo le daba para adelante y al final la guita aparecía. Podía demorar pero llegaba. Todo eso te daba confianza.

-¿Sos de los inversionistas que tiene ganado a su nombre con caravana o los genéricos?

-Genéricos. Estoy en el grupo si se quiere más complicado para poder recuperar. Ahora, con el diario del lunes, me acuerdo que hace 5 o 6 años, fui al campo donde estaba el rodeo de bichos donde había invertido y faltaban algunos. Encontré explicaciones raras y en ese momento una ingeniera agrónoma me recomendó que contratara a alguien para que controlara el tema de las vacas. Hay gente que se especializa en eso, pero me pareció un servicio caro y la dejé por esa. Yo confiaba. Siempre confiaba.

-¿Te sumaste a la clientela de alguno de los abogados?

-Estoy con Nicolás Ghizzo que es uno de los abogados que se está moviendo. Es mi amigo y es muy sincero en todo. La verdad es que la perspectiva es mala. La denuncia penal está bien hacerla pero me parece que no es necesario hacer 500 denuncias. Con una alcanza. Después he visto a abogados decir o sugerir cosas que no son tan ciertas con tal de atraer clientes.

-¿No te parece productivo el camino penal?

-Y… lo único que logra es vengarse del tipo. Si se le comprueba el delito, cosa que está por verse, ¿cuánto podría ir preso Carrasco? Capaz que por un tema de edad, ni siquiera pasa un día en la cárcel. Capaz que es lo que se merece, ir preso. Pero acá hay que cuidar los activos que haya, esos 150 palos y tratar de recuperar lo que se pueda. Para mí esa es la prioridad. Algunas historias son desgarradoras. Hay muchos veteranos que pusieron los ahorros de su vida para tener una monedita más. Es terrible por lo que están pasando.

-Dominás también el tema tecnológico. Ahora circulan dudas sobre cómo un Tesla, como el que tenía Gustavo Basso, se pudo estrellar a esa velocidad. ¿No tiene un sistema que frena solo?

-No me consta. Habrá que preguntarle a algún concesionario. Lo que sé es que después de cierta velocidad, no sé si a 120 o 130 km/h, el Tesla le dice al conductor: “A partir de ahora, yo no me hago cargo de nada. Es tu responsabilidad” Porque está fuera de todas las legislaciones. Es una decisión del que maneja seguir acelerando. Igualmente, esta discusión no me parece que lleve a ningún lado: ¿En qué cambia si la muerte de Basso hubiera sido un accidente o un suicidio? Conociendo a Gustavo, me cuesta creer que se hubiese quitado la vida. Pero bueno, también me cuesta creer todo lo demás que hizo.

-¿Qué te pareció el streaming que se hizo con los inversionistas?

-Estuve también en una reunión presencial que hizo con los inversionistas principales. Fue un poco tragicómico. Carrasco dijo ahí que el negocio era bueno y noble y luego habló el contador (Ricardo Giovio) y contó el agujero que tenía la empresa. Incluso llegó a decir: “Si quieren llamarlo estafa, están en su derecho”. Un panorama terrible. Parecía que hablaban idiomas diferentes. Ahí vi un montón de gente desahuciada realmente. Yo no tenía todos los huevos en esa misma canasta y además, sigo activo. Me golpea la situación pero no me mata. Tengo posibilidades de recuperarme. Otros lo tienen muy difícil y esa es la verdadera tragedia de este tema.

Martín Fablet. Foto: Leo Mainé

-En cuanto a los medios de comunicación, ¿te convertiste en el integrante con mayor permanencia de Radio Sarandí?

-Sí, estoy muy feliz con el nuevo equipo que se armó en Las cosas en su sitio el año pasado. Daro Kneubuhler, Magui Prado y Pepe Sena, con Federico Anfiti conforman, para mí, el mejor grupo que se armó para el programa. Yo tengo participaciones todos los días y es un placer compartir con ellos. Todos tiran para el mismo lado y hay una gran generosidad. Nadie quiere sobresalir por encima de los demás y nos tiramos centros unos a otros para que destaque cada uno.

-¿El equipo anterior, con Juan Miguel Carzolio e Iliana Da Silva, no era el ideal?

-Ese no anduvo. Más allá de que en lo personal eran chicos bárbaros, no cuajó el proyecto. Yo generé una gran relación con los dos: a Juan Miguel lo conozco hace mil años, cuando empezó en la radio y con Iliana establecimos una amistad. Más allá de que no es de mi palo en ningún sentido, le tengo un gran cariño. A ella y a su marido (Conrado Ramos). Esa es la demostración que en el uno a uno, no hay grietas.

-Tenés varios personajes en el programa, desde los clásicos antagonistas políticos como Gregorio e Irmita a uno más reciente, Bercho Piñón. Es un periodista que reporta desde Punta del Este con torpeza y bestialidad. ¿Nunca te reprochó nada Berch Rupenian?

-No. Pero no es una imitación. Puede haber una inspiración por el tema de los paradores pero después, Bercho dice cualquier disparate. Hizo su camino propio.

-En televisión hay un proyecto…

-Sí, me tiene entusiasmado una idea de programa con Luis Alberto Carballo. Los jueves voy a Algo contigo para un espacio que nació para recomendar o no recomendar películas. Pero terminamos hablando de cualquier cosa y desarrollamos una buena química. La idea es hacer un programa que se llame “Dos viejos chotos”, para hablar de temas del pasado. Pero no de programas de TV, sino de asuntos cotidianos. Me parece interesante para los veteranos. Me encantaría, veremos si sale porque como dice Luis, hemos hecho más pilotos que Ayrton Senna.

-Ignacio Álvarez terminó el año complicado, no renovó para hacer Santo y seña. ¿Qué opinión tenés del presente de quien fuera tu compañero y cuñado?

-Nacho siempre cae parado. Circunstancialmente puede tener un problema, pero le va a ir a bien. Yo estoy enfocado en nuestro proyecto en Radio Sarandí.

-Luciana Acuña empezó con él en La pecera con un segmento de humor.

-Le va a ir bien también. Acuña es talentosa.

martin-valentina.jpg
Martín Fablet con su novia en Colonia.

Foto: Instagram Martín Fablet.

-En lo personal, se conoció tu historia de amor con Valentina…

-Sí, es increíble. Es mucho más joven que yo, aunque no al extremo de Pancho Dotto, que dijo hace poco que le daba vergüenza tener una novia 40 años menor. Tampoco tenemos tanta diferencia. Pasamos buenos momentos y lo más gracioso es que dice que me quiere.

-¿Cómo se conocieron? ¿Aplicación de citas?

-No. Ella trabaja en el rubro de la salud, que es lo único que me deja decir de ella. Tiene perfil bajo. Nos encontramos en ese ámbito. Es linda, adorable, inteligente, mucho más que yo.

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Mundos íntimos. De chica tuve un conejo que amaba. Desapareció: nunca supe si se murió o si mi abuelo se lo comió.

La seño de segundo grado, la señorita Liliana, tenía una voz grave, rulos quebradizos, y cuando alzaba la voz...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img