Alfonso Arce
Cabezón de la Sal (Cantabria), 9 feb (EFE).- El Club Deportivo Voleibol Textil Santanderina ha cumplido más de 50 años siendo referente de ese deporte en Cantabria y en la localidad donde surgió, Cabezón de la Sal, a la que quiere dar una alegría esta temporada: el ascenso a la máxima categoría, la Superliga, en la que ha estado ya ocho años de su historia.
El club fue fundado en 1974 por el profesor Antonino Pellón, quien aunó a la base del voleibol del colegio Igareda, de Cabezón de la Sal, jugadores procedentes de Torrelavega, según cuenta, en una entrevista con EFE, el actual presidente del Textil Santanderina, Javier Ángel Maestegui.
Maestegui recuerda lo que el club ha hecho en todos estos años de historia y destaca lo que es para él el mayor objetivo ahora: sanear las cuentas del club y volver a la Superliga.
«Tenemos la mitad del presupuesto que en el último ascenso -en 2022- e intentamos ayudarnos de patrocinios, sobre todo de la Textil Santanderina, que apoya al club desde su fundación, porque las ayudas institucionales han disminuido en los últimos años», ha señalado Maestegui, quien llegó al club cántabro hace dos años.
El presupuesto también influye en la confección de la plantilla, que hace algunas temporadas tenía «cuatro o más extranjeros» y que este año «solo tiene a uno», señala Maestegui, acompañado de ese jugador, el receptor argentino, Mauro Aguilera (Buenos Aires, 1991).
El voleibolista suma su tercera experiencia en España tras haber llevado este deporte a Roquetas de Mar (Almería) y Xátiva (Valencia), aunque asegura que es su primer año en un equipo «que busca ser protagonista en liga».
El receptor siente el apoyo de la gente, pero reconoce, en su entrevista con EFE, que el ambiente en los partidos de su Argentina natal es distinto.
Sin embargo, valora el entorno y el ambiente familiar del club cántabro.
«Allá -en Argentina- es diferente: hay bombos, trompetas (…) incluso te escupen. Pero acá se pone lindo. Se nota el apoyo, es un buen ambiente, muy familiar también, y eso me gusta. La adaptación, por ahora, es de diez», apostilla.
Maestegui destaca la importancia de las categorías inferiores, que hace años «estaban olvidadas» y ahora «tienen un papel central», con la visión del club de surtirse en el primer equipo de niños de la cantera. «Cogimos el equipo con unos 70 niños y niñas, y ahora estamos con 150», asevera.
«No queremos el típico equipo en el que unos niños juegan todo el rato y otros nada, aquí hemos aumentado el número de equipos en las categorías inferiores para que los niños puedan jugar y disfrutar mas», asegura.
Y explica el caso de una familia de Palma de Mallorca que, tras ver la Copa Príncipe de 2024, que se celebró en Cabezón, contactó con el Textil para apuntar a sus hijos a las categorías inferiores del club.
En el ámbito deportivo, el Textil Santanderina se alzó el pasado enero con la Copa Príncipe, su segunda consecutiva, convirtiéndose así en el equipo que más acumula en su palmarés -tres en total-, lo que, sumado al primer puesto en la Superliga 2, hace que el club espere un final de temporada ilusionante.
«Cabezón es un sitio muy bonito para jugar, viene mucha gente y se nota el apoyo incluso cuando vas por la calle», explica a EFE el técnico del equipo, Pablo Cabrera.
Él ya militó en el club como jugador hace 10 años y, aunque prefiere la vida en la demarcación de colocador, siente que está comenzando su carrera como técnico en un pueblo como Cabezón «que es el mismo sitio acogedor que era hace tiempo», y en el que espera «seguir y crecer como entrenador». EFE
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