Un especialista anticipó en diálogo con Radio Noticias el factor clave que podría complicar el escenario.
Destacan la necesidad de cuidar el recurso hídrico ante un escenario climático exigente.
Las proyecciones meteorológicas para los próximos meses indican que Río Negro y la región patagónica atravesarán una temporada estival marcada por temperaturas elevadas y precipitaciones por debajo de lo normal.
Aunque noviembre podría traer un leve repunte en las lluvias, el patrón general seguirá siendo de reservas hídricas ajustadas y calor sostenido.
Durante el año, las lluvias mostraron un comportamiento irregular. Si bien el régimen pluvial fue algo más generoso que en otros períodos, en los últimos meses se observó una retracción de las precipitaciones.
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Las zonas de Viedma y Río Colorado podrían recibir algo más de agua por su cercanía a la costa o la influencia del viento del noreste, pero la situación general sigue siendo de escasez.
A medida que avance la primavera y llegue el verano, los vientos del noroeste comenzarán a predominar, lo que implicará condiciones más cálidas y secas. Los especialistas coinciden en que se trata de una tendencia regional sostenida, vinculada a los efectos del calentamiento global, que ya se hace visible en los registros térmicos de los últimos años.
En diálogo con el programa «Tocá Madera» de Radio Noticias (105.5 MHz), el meteorólogo Germán Heinzenknecht explicó que “se necesitan lluvias importantes como para notar mejoras significativas” y que “noviembre puede traer un respiro, pero hay que sostenerlo en el tiempo”.
Advirtió además que “los vientos del noroeste son cálidos y secos, y eso nos permite augurar un diciembre y enero exigentes en términos térmicos”. En ese sentido, recomendó conservar la humedad del suelo y cuidar el agua, al tiempo que reconoció que “en la zona ya hay experiencia y costumbre para manejar estas situaciones”.
Sobre la evolución de las temperaturas, Heinzenknecht detalló que “noviembre va a mantener un régimen térmico con promedios de 24 o 25 grados de máxima” y que el verano será “cálido, aunque no extremo”.
Sin embargo, advirtió que este escenario podría complicar las actividades productivas.
“Quizás desde el punto de vista turístico sea favorable, pero para la ganadería y las pasturas va a ser complejo”, señaló.
Finalmente, el meteorólogo sostuvo que el cambio climático ya impacta de lleno en la región. “Casi todo el norte y la costa de la Patagonia vienen teniendo veranos cada vez más exigentes».
«Antes ir de veraneo a la Patagonia era sinónimo de frío, pero hoy la costa patagónica está a la altura térmica de la bonaerense”, observó, y reiteró que la administración del recurso hídrico será clave en los próximos meses.





