En varias de las nueve regiones del país, los jurados electorales ya iniciaron el escrutinio en las más de 34.000 mesas instaladas, según datos del Tribunal Supremo Electoral.

Foto: AIZAR RALDES/AFP
Bolivia elige este domingo a su próximo presidente en un balotaje entre dos candidatos de derecha, en medio de una aguda crisis económica tras 20 años de gobiernos socialistas.
Más de 7,9 millones de bolivianos deciden entre el exmandatario Jorge Quiroga (2001-2002), ingeniero de 65 años, y el senador Rodrigo Paz, economista de 58.
Ambos compiten para revertir el peor trance de la economía en cuatro décadas.
«Esperamos que mejore el país (…), no alcanza el dinero, hay mucho sufrimiento, demasiado», dijo a la AFP María Eugenia Peñaranda, ama de casa de 56 años, muy abrigada en su centro de votación en La Paz, a 3.600 metros de altura.
Las mesas electorales instaladas en Bolivia comenzaron a cerrar a partir de las 16.00 hora local tras ocho horas de votación en la inédita segunda vuelta que se realiza este domingo para elegir al presidente y vicepresidente del país.
En varias de las nueve regiones del país, los jurados electorales ya iniciaron el escrutinio en las más de 34.000 mesas instaladas, según datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Foto: AFP
Según la norma electoral, las mesas deben funcionar durante ocho horas continuas desde su apertura, por lo que el horario de cierre puede retrasarse en aquellas que demoraron en abrir y también deben permanecer abiertas hasta que vote «el último ciudadano» en la fila, recordó el presidente en funciones del TSE, Óscar Hassenteufel.
Mano a mano
«Si el pueblo de Bolivia me da a mí la oportunidad de ser presidente (…), mi formato es consensuar», dijo este domingo Paz en un centro de votación en Tarija, al sur del país.
Quiroga, en tanto, llamó a «abrir un futuro diferente, viene un cambio con esperanza», aseguró el candidato también conocido por su apodo «Tuto», al salir de votar.
La producción boliviana se contrajo 2,4% en el primer semestre de 2025, según datos oficiales. El Banco Mundial proyecta una recesión que durará al menos hasta 2027.
Las largas filas para abastecerse de combustibles se han convertido en parte del paisaje del país de 11,3 millones de habitantes. La inflación alcanzó un 23% interanual en setiembre.
El gobierno de Luis Arce, que dejará el poder el 8 de noviembre, agotó casi todos los dólares de sus reservas para sostener una política de importación de combustibles que se venden subsidiados en el mercado interno.
«Si quien sale vencedor no realiza medidas que vayan a apoyar al sector más vulnerable, eso puede desembocar en un estallido social», dice Daniela Osorio Michel, politóloga del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (Giga).
AFP y EFE
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