Las principales fuerzas políticas de la provincia de Buenos Aires ingresaron en una carrera contrarreloj para definir los nombres que integrarán sus listas de candidatos. El plazo vence el próximo sábado a la medianoche y marcará el inicio formal de una campaña electoral donde se pondrá en juego la mitad de la Legislatura bonaerense.
En total, se renovarán 46 bancas de diputados en cuatro secciones electorales y 23 senadores en las otras cuatro. Además, se elegirán concejales en los 135 municipios que integran el territorio provincial. La pulseada no es menor: Buenos Aires representa el 37% del padrón nacional y su resultado tendrá un peso decisivo tanto en el Congreso como en la carrera presidencial de 2027.
El peronismo, que competirá con la denominación “Fuerza Patria” tras un acuerdo entre Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa, encara el cierre de listas con fuertes internas. La disputa por el armado en la Primera y Tercera sección electoral —las más densamente pobladas del conurbano— enfrenta a sectores leales al gobernador con intendentes que buscan mantener influencia en la Legislatura.
Para Kicillof, lograr más legisladores propios será crucial de cara al segundo tramo de su gestión. No solo porque hoy el peronismo no tiene quórum propio en el Senado, sino porque el gobernador ya proyecta su rol en el tablero nacional de 2027.
La derecha se unifica y busca su bastión
Del otro lado, la novedad es la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO bajo el sello “Alianza La Libertad Avanza”. La unificación responde a una necesidad táctica: en 2021 ambas fuerzas dividieron votos. Esta vez, buscan capitalizar el arrastre de Javier Milei y traducirlo en poder territorial.
El libertario apuesta a ampliar su presencia en la Legislatura bonaerense, donde actualmente tiene solo cuatro senadores y trece diputados. De esas bancas, apenas una en el Senado y cinco en Diputados se renuevan este año. El acuerdo con el PRO le permitiría conservar volumen en caso de que el voto se disperse. A cambio, los macristas arriesgan más: ponen en juego ocho de sus trece diputados y cuatro de sus nueve senadores.
El frente Unidos por Buenos Aires —que reúne a la UCR, el GEN, el Partido Socialista y otras fuerzas de centro— enfrenta un desafío aún mayor. Las bancadas radicales ponen en juego el 70% de sus legisladores. Para colmo, el armado se volvió complejo: varias corrientes internas disputan candidaturas en una coalición amplia y fragmentada.
Los números de la Cámara de Diputados
En la elección se renovarán:
11 diputados por la Segunda Sección,
18 por la Tercera (conurbano),
11 por la Sexta (sudoeste),
6 por la Octava (La Plata).
Unión por la Patria arriesga 18 bancas, con fuerte presencia en la Tercera y Segunda sección.
La Libertad Avanza pone en juego 5 escaños, con margen para crecer si consolida su alianza con el PRO.
El PRO se juega 8 bancas, mayormente en el interior y La Plata.
Los radicales y socios menores, agrupados en “Somos Buenos Aires”, arriesgan 12 escaños sobre 15.
La izquierda, con representación mínima, arriesga sus dos únicas bancas.
Un Senado donde todo cuesta un voto más
La Cámara alta bonaerense también estará en disputa en ocho secciones:
8 senadores en la Primera (norte del conurbano),
7 en la Cuarta (noroeste),
5 en la Quinta (costa atlántica),
3 en la Séptima (centro).
Unión por la Patria arriesga 10 de sus 21 bancas. Siete de esos senadores responden al kirchnerismo, dos al massismo y uno a Kicillof. La mitad de los legisladores no podrá reelegir por la ley que limita las reelecciones consecutivas.
La Libertad Avanza solo pone en juego una banca, mientras que el PRO arriesga 4 de 9.
El radicalismo, agrupado en UCR-Cambio Federal, llega con 8 senadores pero 7 terminan su mandato este año. Es la fuerza más comprometida.
El caso del senador Joaquín de la Torre, ex PRO devenido en libertario y ahora en un monobloque de “Derecha Popular”, muestra el grado de fragmentación que atraviesa la oposición bonaerense.