Tras un ajustado proceso interno para escoger la dirección del partido en Barcelona, ERC aparcó el pacto con Jaume Collboni para entrar en el gobierno municipal, opción que hace un año defendía Alamany.
¿Habría sido más provechoso estar dentro del gobierno municipal?
No. Es evidente que todos los grandes proyectos y la orientación de la ciudad la ha marcado ERC y ahora somos más útiles en la oposición, haciendo nuestra propia lectura de la ciudad. La batalla de los próximos años será la de preservar la identidad de la ciudad. La lengua, el comercio de barrio, el patrimonio, la gobernanza del turismo, el modelo económico…
¿Si hubieran entrado, en qué se habría notado?
Los últimos gobiernos de Barcelona no han entendido la ciudad y han estado desorientados respecto a lo que tenía que ser Barcelona.
¿Qué tiene que ser?
Todo tiene que estar orientado a ser la capital de un país. Se tiene que notar con la vitalidad del catalán y con la recuperación del equilibrio perdido. Durante mucho tiempo hemos escuchado a unos partidos que querían abrir tanto la ciudad como para ponerla en venta y otros que la querían cerrar hasta convertirla en provinciana. Barcelona tiene que ser la capital de un país y establecer diálogo con las ciudades medias y pequeñas del país. Durante décadas se ha notado que ERC no ha estado en el gobierno de Barcelona.
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Equilibrio perdido
Hay una sensación de pérdida de identidad que no es compatible con el éxito del alcalde”
¿Cómo superar este modelo turístico que dice que perjudica la identidad de la ciudad?
La palabra clave es retorno. Por eso defendemos el recargo turístico, que tiene que dar ingresos para mitigar los impactos del turismo. Hemos defendido limitar los grupos de turistas en el centro y otras medidas… El equilibrio se ha perdido. El fin de semana lo vimos en el Park Güell: autobuses llenos de turistas y no de vecinos, masificación en las entradas y un parque orientado a los turistas.
¿Hay que rebajar el número de visitantes?
Hay que hablar de recuperar el equilibrio. Y eso se hace también eliminando pisos turísticos, porque es evidente que la presión del turismo en la vivienda hace que muchos vecinos y vecinas sean expulsados de la ciudad… Durante mucho tiempo hemos pensado en Barcelona como una cocapital del Estado que tenía que competir con la capital del Estado en política de grandes acontecimientos en política turística como lo hacía Madrid…
¿En política turística Barcelona no ha llevado la bandera?
Sí, pero hace unos cuantos años ha habido un cambio de discurso. Ha habido grandes debates sobre la vivienda y el turismo, pero los problemas continúan igual. Los grandes instrumentos los ha puesto ERC. Si Barcelona podrá eliminar los pisos turísticos, será gracias a ERC, de la misma manera que la regulación de alquileres de temporada o la fiscalidad.
¿Hay que reducir los cruceros?
Sí. Es un elemento para recuperar el equilibrio. Los cruceristas en tránsito tendrían que contribuir más con la tasa turística y, evidentemente, habría que limitarlos.
Más medidas concretas. ¿La del 30% de reserva de vivienda se tiene que modificar?
Vuelvo a la Barcelona de los debates y no de las soluciones. Durante mucho tiempo hemos debatido sobre el 30% y ahora sobre la reforma del 30%. Hay otros instrumentos que el Ayuntamiento tendría que haber abordado desde hace mucho tiempo. Hace falta una política ambiciosa de rehabilitación que tenga cláusulas para evitar la especulación. Eso y la regeneración urbana de toda la franja del Besòs. Y ahora lo que hace falta es limitar la compra de vivienda para especular o para segunda residencia. Esta será la próxima batalla que tendremos.
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¿Y cómo lo quieren hacer?
Otras ciudades ya lo han empezado a poner en marcha, se tienen que encontrar los mecanismos, el Ayuntamiento, la Generalitat… y también a Europa.
En la remodelación del gobierno se anunciaron dos comisionados, de lengua y rehabilitación, y todavía no se han nombrado.
Los comisionados son del gobierno y los nombra el gobierno. Hace quince años que vamos tarde con el retroceso del catalán…
¿Por qué no se han nombrado?
El gobierno de Barcelona va tirando…. La ambición la hemos tenido que poner nosotros. No hay proyecto y no hay grandes ideas para Barcelona.
El alcalde dice que el 85% del programa está en marcha…
Me parece un mandato bastante autosuficiente teniendo en cuenta las dificultades que hay para quedarse en la ciudad. Hay una sensación de pérdida de identidad que creo que no es compatible con el éxito del alcalde.
¿Quiere ser la candidata de ERC a las próximas municipales?
Esta es mi ciudad, una ciudad maravillosa, pero me preocupa que se nos escape de las manos. Mi misión es recuperar la mejor Barcelona y estoy plenamente comprometida con eso.
