Las curvas de la fachada de la Pedrera de Gaudí contrastan con la perfección de la pendiente de la rampa de salida que tiene delante de si buscando una imagen icónica. De ahí, del centro de Barcelona, parte la Vuelta a España femenina. Huía de las líneas rectas el arquitecto modernista de la misma manera que los diseñadores de cuadros aman los tubos planos, finos, minimalistas para las bicicletas de contrarreloj para cortar el viento como un cuchillo. Las dos concepciones, la decorativa-artística y la funcional-científica, se dieron la mano en la contrarreloj por equipos inicial de la carrera en la capital catalana.
]]>