Vista desde la orilla de la playa, en Miami Beach, bajo un cielo soleado y unas poquisimas nubes, la operación parecía sencillamente surreal: un total de 22 automóviles, tamaño real, hechos de hormigón y esculpidos en 3D fueron depositados uno a uno, en el fondo del océano, gracias a una inmensa barcaza de construcción de 48 metros de eslora. A la altura de las calles 4 y 5, a 200 metros de la costa y seis metros por debajo de la superficie del océano, quedó emplazada así la más flamante creación del argentino Leandro Erlich, una instalación artística que simula un atasco de tránsito submarino, concebido especialmente para el fondo del mar.
“Concrete coral” es el título de la pieza que será cubierta próximamente con miles de corales criados en un laboratorio, la más flamante creación del argentino Leandro Erlich en Miami. Foto: Steve Kehayias gentileza.“Concrete coral” es el título de la pieza que será cubierta próximamente con miles de corales criados en un laboratorio, como parte del proyecto “Reefline”, una iniciativa que propone para la ciudad de Miami un parque de esculturas subacuático y arrecife híbrido, de 11 kilómetros de largo, que se irá construyendo a lo largo de los próximos diez años, y cuya primera fase quedó formalmente inaugurada a fines de octubre, con los coches de Erlich.
En el futuro, se sumarán instalaciones de los artistas Petroc Sesti, Carlos Betancourt y Alberto Latorre, entre otros nombres.
La fundadora y directora artística de este mega proyecto que promete cambiar para siempre la cara de Miami es la incansable promotora cultural Ximena Caminos, argentina afincada en Miami, reconocida por grandes proyectos artísticos como por ejemplo “Living Memory: Messi – A Goal in Life”, la obra del artista turco Refik Anadol realizada con Inteligencia Artificial que inmortalizó para siempre el gol preferido de todos los tiempos del astro del fútbol argentino, actual delantero del Inter Miami.
Un hábitat marino
“Reefline es arte, pero también es acción: cada obra es un hábitat marino, que nos va a sobrevivir”, dice Caminos a Clarín, a poco del “deployment” cómo se llamó por aquí al momento de sumergir los autos que conforman la primera obra de arte del parque de esculturas subacuático, concebido por la curadora argentina y diseñado por Shohei Shigematsu, del estudio OMA. “Esto es un proyecto con deployments todos los veranos durante la próxima década”, detalla Caminos.
“Concrete coral” es el título de la pieza que será cubierta próximamente con miles de corales criados en un laboratorio, la más flamante creación del argentino Leandro Erlich en Miami. Foto: gentileza Nola SchoderAcostumbrado a trastocar la percepción del espectador a través de un universo donde lo cotidiano se transforma en extraordinario, Erlich (Buenos Aires, 1973) ha realizado obras destacadísimas de la escena artística internacional como una piscina en la que es posible sumergirse sin mojarse (“Piscina”, Bienal de Venecia), o ha decapitado la punta del Obelisco y la ha hecho aparecer en la explanada de Malba, siempre gracias a sus juegos de ilusión.
Pero hay una obra en particular que guarda una íntima relación con “Concrete coral”: en esta misma ciudad, en 2019, instaló una mega instalación compuesta por un atasco de 66 esculturas de automóviles tamaño real, en la orilla de la playa, a la altura de Lincoln Road. Recubierta totalmente de arena, aquella obra site specific, titulada “Order of importance” y curada también por Caminos, se transformó en uno de los highlights de la semana del arte de Miami de aquel año.
“Concrete coral” es el título de la pieza que será cubierta próximamente con miles de corales criados en un laboratorio, la más flamante creación del argentino Leandro Erlich en Miami. Foto: Christopher Uriarte gentileza.“No es la misma obra –aclara Erlich en diálogo con Clarín–. Si bien comparten la imagen del embotellamiento o traffic jam, no comparten materialidad ni función”.
Y añade: “El tema ambiental me interpela. No me es ajeno. Ya trabajé antes con el calentamiento global o la relación entre arquitectura y naturaleza, pero acá, en el fondo del agua, la naturaleza va a construir una historia encima de lo que uno hace. Esa profundidad es nueva”, reflexiona en referencia a su instalación.
El recién inaugurado Reefline se propone transformar el impactante atasco de tráfico de Erlich en una poética advertencia medioambiental. Cada coche está construido con una mezcla de hormigón de baja emisión de carbono apto para uso marino y pesa hasta 16 toneladas.
En los próximos meses, “Concrete Coral” se sembrará con 2.200 corales autóctonos de Miami resistentes, cultivados en Coral Lab, un laboratorio en el barrio de Allapattah, utilizando Coral LokTM, una tecnología innovadora para el trasplante rápido, seguro y sostenible de corales.
Es por eso que, por estos días, miles de corales, de distintos colores, ubicados prolijamente en filas, como una suerte de guerreros alineados, serpentean acompasadamente bajo una luz azul LED que recrea el espectro del océano, dentro de media docena de tanques con más de 2.000 litros de agua cada uno.
Se trata específicamente de octocorales, un coral blando común e importante en el arrecife de Florida, que crecen como arbustos, se ramifican hacia arriba y son mucho mejor refugio para peces.
En este laboratorio seguirán creciendo los corales hasta que llegue el momento –y los permisos– de adherirlos al embotellamiento subacuático de Erlich. La tarea, que se viene desarrollando desde hace meses, está a cargo de Colin Foord, director científico de Reefline, también cofundador del dúo de arte y biología marina Coral Morphologic.
“Cuando trabajé con arquitectos aprendí que toda ciudad tiene su ícono. Pero Miami no tenía uno claro. El Reefline puede convertirse en el símbolo de un Miami que abraza el arte y la ecología”, asegura Caminos, quien con este proyecto propone además un modelo para ciudades costeras de todo el mundo, que empodere a las generaciones futuras y a la acción colectiva.
Tranformaciones
Para Erlich, “el tiempo va a afectar la obra y la va a ir transformando. A diferencia de una escultura en el espacio público, acá no hay mantenimiento posible. Todo lo contrario: hay que dejarla ser, dejar que envejezca y que la vida la colonice. La vida marina va a modificar estos coches igual que modifica una roca o la pata de un muelle”, añade el artista argentino, confiado en que este proyecto “es un gesto de esperanza”.
Laboratorio de corales en Miami . Foto: Colin Foord, gentileza.Reefline anunció una serie de actividades abiertas al público, acuáticas y terrestres, de cara a la Semana del Arte de Miami, del 1 al 7 de diciembre. Una monumental boya de meditación del artista Andrés Reisinger marcará la ubicación de Concrete Coral, visible desde la costa y accesible nadando o a bordo de una tabla de paddle surf eléctrica desarrollada conjuntamente por BMW y SipaBoards (que estarán disponibles por turnos en la sede de Reefline, situada en la calle 9).
Los visitantes también podrán subir al Centro de Aprendizaje Marino Flotante de Reefline, un barco de buceo y plataforma de investigación, donde podrán aprender sobre la restauración de corales o escuchar las charlas de Leandro Erlich, el 2 de diciembre, y de la oceanógrafa Sylvia Earle, el 5 de diciembre.
Finalmente, un programa comunitario de trasplante de corales invitará a los residentes y voluntarios a plantar corales junto con los científicos, transformando el cuidado del medio ambiente en un acto cívico compartido.
“El mar es el backyard de Miami Beach, nuestro jardín comunitario. En otras ciudades invitan a los residentes a sembrar un tomatito en la huerta, acá vamos a invitar a plantar tu coral”, concluye Caminos.

