El sector maderero de Misiones, pilar fundamental de la economía regional, atraviesa una «situación de emergencia» debido a una drástica caída en las ventas y una asfixiante presión financiera. Así lo afirmó el ingeniero Gabriel Marangoni, ex presidente de la Asociación de Madereros, Aserraderos y Afines del Alto Paraná (AMAYADAP), en una reciente entrevista. La preocupación es compartida por la Cámara y los empresarios del rubro, quienes ven con alarmante incertidumbre el futuro inmediato.
El Mercado, el Gran Verdugo del Sector
Contrario a lo que podría pensarse, el principal problema que enfrenta la industria no son los aumentos de la energía o los impuestos en sí, sino la retracción del mercado. «Lo que impacta es el mercado», sentenció Marangoni. La caída se observa en dos frentes:
Mercado Interno: La obra pública y privada está virtualmente paralizada, y el consumo de las familias para refacciones hogareñas es mínimo debido a la falta de poder adquisitivo.
Mercado Externo (Exportaciones): Aunque hay pedidos, los números no cierran. La inestabilidad global, exacerbada por conflictos comerciales como los aranceles de Estados Unidos, ha provocado una baja en la cantidad de solicitudes y en los precios de los productos misioneros. Incluso Brasil, un competidor regional, enfrenta dificultades similares en sus exportaciones.
Actualmente, los aserraderos operan a entre un 50% y 60% de su capacidad de ventas habitual, lo que deriva en una severa falta de rentabilidad para las empresas.
Paritarias y la Presión de los Costos
La difícil situación económica se refleja también en las negociaciones paritarias. Marangoni, quien participa en las reuniones de la comisión directiva de FAIMA (Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines), explicó que la negativa a otorgar un retroactivo a los pedidos sindicales se debió a la falta de rentabilidad. «No queremos retroactivo, queremos arrancar de cero y volvemos a hacer las pautas para lo que viene más adelante», indicó sobre la postura ante el gremio USIMRA.
Marangoni desglosó el impacto real de los costos salariales: si bien el porcentaje individual puede parecer menor, una masa salarial de 100 millones de pesos para una empresa con 100 operarios implica otros 70 u 80 millones de pesos en cargas sociales, lo que eleva significativamente el monto total que las empresas deben afrontar «cash». La falta de pago de estas obligaciones lleva a multas e intereses «usureros» por parte de la AFIP y las cooperativas de energía.
Energía y Finanzas: Una Tormenta Perfecta
El costo de la energía eléctrica es otro dolor de cabeza. Además de las elevadas tarifas, las cooperativas de la provincia (Eldorado, Montecarlo, Puerto Rico) aplican intereses mensuales de hasta el 10% por facturas impagas, muy por encima de la inflación actual. Marangoni denunció el «usurario» cobro de la «potencia contratada» a través de actas que se suman a las facturas, una medida que, según él, emana de EMSA, la empresa provincial de energía.
AMAYADAP ha solicitado «un montón de veces» reuniones con las cooperativas y el gobierno provincial para abordar estos temas. Se espera una reunión clave el próximo martes en Posadas con la participación de la Confederación Económica de Misiones (CEM), que también nuclea a otros sectores afectados por la baja de ventas y la competencia desleal de países limítrofes.
Gestiones a nivel nacional y la amenaza de gigantes
A nivel nacional, el sector busca soluciones a través de la Dirección de Desarrollo Forestal, a cargo de Sabina Fetter. El foco está puesto en la mejora de los reintegros a la exportación, proponiendo un escalonamiento que beneficie con mayores devoluciones a los productos con mayor valor agregado.
Respecto a la potencial competencia de grandes empresas como Arauco que tradicionalmente exportan pero podrían volcarse al mercado interno ante la crisis, Marangoni reconoció la preocupación, aunque por el momento «no está sucediendo en grandes porcentajes». Explicó que las exportadoras netas prefieren no perder sus mercados externos, los cuales son difíciles de recuperar. Sin embargo, no descartó que «algo» se esté volcando al mercado interno.
La cornisa de las empresas y la falta de horizonte
La situación es crítica: «La mayoría de los medianos chicos están en la cornisa», advirtió Marangoni. Recordó el caso de Aserradero Diesel, que cerró nuevamente no por mala gestión, sino por la crisis nacional. La falta de rentabilidad ha llevado a las empresas a consumir su propio stock, utilizar sus propios camiones y patear pagos de facturas de energía.
Por su parte lamentó la falta de horizonte a la vista. Atribuyó la retención de reintegros de IVA por parte de la AFIP a una decisión política del gobierno nacional de no «recalentar la economía» inyectando pesos en la calle. Se espera que la reactivación venga de la mano de inversiones y producción, no del consumo.
Pequeñas Soluciones, Gran Impacto
A pesar del sombrío panorama, Marangoni confía en que «pequeñas soluciones» pueden marcar una gran diferencia. Identificó tres o cuatro puntos clave:
Baja de la tasa de interés en las facturas de energía y eliminación de cargos adicionales como el «acta número 82».
Inyección de fondos por parte de AFIP y Rentas provinciales a través de la devolución de reintegros de IVA e Ingresos Brutos, al menos en un 50%.
Acceso a créditos a tasas subsidiadas, como los que ya están ofreciendo algunos bancos al 28%.
La urgencia es palpable, especialmente ante el próximo pago del aguinaldo. Marangoni concluyó que la situación es más una «decisión política que otra cuestión», y que el sector espera con ansias señales de alivio.