La secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, que presidía el entonces Cardenal Prevost durante el pontificado de Francisco, reflexiona sobre el impacto de la elección del nuevo Pontífice en América Latina, destacando los temas principales de los primeros días de León XIV.
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
«Recibí la noticia con alegría evangélica y esperanza»: así reaccionó Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), ante la elección del Papa León XIV. Destacó su gran sensibilidad pastoral y firmeza en las decisiones que tomará.
Según la teóloga argentina, en entrevista con la periodista Gudrun Sailer, de la redacción alemana de Vatican News, esta elección representa un signo importante de dignidad para América Latina, especialmente después de las reflexiones previas sobre la posibilidad de que no fuera viable un segundo Papa latinoamericano, dado que la Iglesia ha tenido más de 200 Papas de origen europeo.
Cuda subrayó también la relevancia de que el Papa León XIV haya nacido en América del Norte, pero haya decidido, a lo largo de su vida y su pontificado, identificarse con las realidades más complejas de América Latina, especialmente en países como Perú.
A su juicio, esto le permitirá abordar los problemas que atraviesa la región con una perspectiva más integral. En efecto, cabe recordar que Prevost presidía no solo el Dicasterio para los Obispos, sino además la CAL.
Entrevista a la doctora Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL)
La Iglesia y los desafíos de América Latina
En cuanto a los retos pastorales y sociales que enfrenta América Latina, afirmó que la Iglesia Católica, como una religión histórica, tiene la capacidad de adaptarse a las circunstancias cambiantes de la historia. Aseguró que, bajo el liderazgo del Papa León XIV, la Iglesia continuará afrontando los desafíos sociales con una perspectiva renovada, siempre fiel a los principios revelados, pero también dispuesta a ofrecer respuestas a las problemáticas contemporáneas.
Recalcó que el nuevo Pontífice, al igual que sus predecesores, será un pastor comprometido con el pueblo fiel de Dios. En este sentido, subrayó que cada pontificado es, simultáneamente, un acto de continuidad y de novedad, ya que la Iglesia tiene la capacidad de responder a los desafíos de cada momento histórico sin perder de vista su misión fundamental.
Expectativas para el pontificado del Papa León XIV
Al ser interrogada sobre los temas clave que marcarán los primeros días del pontificado del Papa León XIV, Cuda identificó tres puntos fundamentales que considera serán determinantes en su magisterio.
En primer lugar, mencionó el don de la paz, un principio que, según ella, el Papa ha expresado en sus primeros discursos y por el cual se ha comprometido plenamente. En un mundo caracterizado por tensiones y conflictos, la paz se perfila como uno de los pilares centrales de su misión pastoral.
En segundo lugar, Cuda evidenció la centralidad de Jesucristo en su humanidad. Explicó que el Sucesor de Pedro ha enfatizado que Cristo no es un “superhombre”, sino un Dios hecho hombre, cercano a la experiencia humana. Este enfoque subraya la importancia de comprender a Cristo como el modelo de misericordia y humildad, un mensaje clave para la Iglesia en tiempos de grandes desafíos sociales.
Finalmente, remarcó la relevancia que el Papa León XIV dará a la doctrina social de la Iglesia, considerándola como un principio de discernimiento frente a las coyunturas históricas actuales.
Esta doctrina, que fue sistematizada por León XIII en el contexto de las transformaciones sociales de finales del siglo XIX, será retomada y aplicada por el nuevo Pontífice como una respuesta a las cuestiones contemporáneas, especialmente en relación con las desigualdades y las tensiones sociales que siguen marcando la realidad de muchas naciones.
En este sentido, Cuda apuntó que la elección del Papa León XIV, al tomar el nombre de León, no es una decisión casual, sino una clara referencia a la enseñanza de León XIII sobre la justicia social y la dignidad humana, principios que siguen siendo un referente para la acción pastoral de la Iglesia en la actualidad.
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