El reconocido cantante Tiago PZK volvió a captar la atención en las redes, pero esta vez no fue por su música, sino por una acción altruista que generó admiración entre sus fanáticos. Preocupado por la grave situación que atraviesa el sur del país debido a los incendios forestales, el artista decidió donar 10 millones de pesos y lanzar una colecta para recaudar fondos que ayuden a las víctimas.
A través de un video publicado en su cuenta de Instagram, Tiago explicó la magnitud del desastre ambiental y social que afecta a la región. “Se están perdiendo miles de hectáreas de bosque, muchas familias han quedado sin hogar y los bomberos necesitan recursos para seguir luchando contra el fuego”, expresó con visible preocupación.
Con la intención de sumar más ayuda, abrió una cuenta de Mercado Pago para que cualquier persona pueda colaborar. “Arranqué con 10 millones de pesos como base, pero la idea es que cada uno aporte lo que pueda”, señaló. El dinero recaudado será destinado a Cáritas Bariloche y Cáritas Esquel, con el objetivo de adquirir equipamiento esencial para los bomberos, como trajes especiales y bombas de agua, entre otros insumos fundamentales.
El gesto de Tiago no pasó desapercibido y muchos seguidores elogiaron su compromiso, contrastándolo con otros artistas del género que solo expresaron su apoyo en redes. En las primeras horas de la campaña, las donaciones comenzaron a llegar y el cantante se comprometió a compartir actualizaciones sobre la recaudación hasta el momento en que se realice la entrega final de los fondos.
47 millones de hectáreas menos por el fuego y un futuro que alarma a expertos: cuál es la situación de los incendios forestales en Argentina
El fuego no es una casualidad que se repite año tras año. La mano humana es la responsable de la mayoría de estos desastres, según revelan expertos: quemas para abrir paso a cultivos, cables eléctricos mal mantenidos, basura ardiendo en basurales clandestinos y brasas que escapan de una fogata son algunas de las causas. Casos recientes como los incendios de El Bolsón y el Parque Nacional Nahuel Huapí exponen a qué se enfrenta nuestro país a diario, con el cambio climático como eje central en el presente y el futuro: se estima que hacia mediados de siglo, la proporción quemada anual podría duplicarse, y hacia fines del siglo, incrementarse entre 8 y 30 veces.
Días abrasadores, vientos que soplan como huracanes y grandes sequías son algunos de los efectos del calentamiento global. Todo colabora para que una chispa se convierta en un incendio descontrolado. Este patrón no es azaroso; responde a un cóctel peligroso de cambio climático, expansión agropecuaria y prácticas negligentes.
El problema es tan diverso como las geografías argentinas. En zonas subtropicales, los incendios están vinculados al avance agrícola, donde la quema de vegetación nativa abre paso a cultivos de soja y caña de azúcar. En regiones semiáridas, como el monte, los fuegos degradan bosques hacia pastizales, mientras que en el delta del Paraná, la combinación de biomasa abundante y prácticas ganaderas descontroladas ha transformado la región en un punto crítico. En cada caso, el fuego actúa como síntoma de un modelo de producción que prioriza la explotación sobre la conservación.
Un análisis reciente del CONICET revela que entre 2000 y 2019 se quemaron más de 47 millones de hectáreas en Argentina, un área equivalente al 17% del territorio nacional. La mayor concentración de incendios se encuentra en el “arco de fuego” del centro-norte del país, que abarca provincias como Córdoba, La Pampa y Santiago del Estero. En esas zonas, el fuego no solo es consecuencia de las condiciones climáticas extremas, sino también del uso intensivo de la tierra para la agricultura y la ganadería.
Los motivos para este tipo de quemas son muchos, ya sea por una motivación intencional vinculada a la agricultura y ganadería, por la negligencia en basurales y cables eléctricos, o el uso del fuego como herramienta para despejar tierras. Las prácticas agrícolas de alta intensidad, como los cultivos de soja en Santiago del Estero y caña de azúcar en Tucumán, explican buena parte de estos eventos, mientras que en zonas como La Pampa los incendios están más asociados al uso ganadero. Del total de los incendios, solo el 5% se deben a causas naturales, como rayos en zonas montañosas o áreas de vegetación más densa, como el delta del Paraná. Estos datos reflejan no solo la escala del problema, sino también su estrecha relación con las actividades humanas y la urgencia de políticas públicas efectivas.