En el corazón de Paraguay, más precisamente en Félix Pérez Cardozo, en el estado de Guairá, se encuentra Blacksoil, una planta de fertilizantes líquidos. Fue fundada por Lucas Talamoni, exjugador profesional de polo, con la ayuda de su socio Pablo Fernández, empresario textil, con el objetivo de maximizar los resultados agrícolas mientras minimizan recursos y riesgos. Buscan fortalecer las defensas naturales de los cultivos contra el estrés y las enfermedades.
Antes de adentrarse en este mundo, Talamoni tuvo una carrera destacada como polista; llegó a alcanzar los seis goles de hándicap. Su vida transcurría en Londres, cuando llegó un momento que se cansó de todo y dio un giro radical: se mudó a Australia.
“Ahí es donde arranqué con todo esto. Empecé con un sistema de aplicaciones de líquidos, lo que me fue llevando a distintos lugares, a hacerle más foco en la semilla y en el crecimiento vegetativo”, contó Talamoni, CEO de Blacksoil. “Fue lo que me terminó volcando y hasta enamorándome un poco del tema de la nutrición del cultivo”.
Si bien su familia tenía antecedentes en el sector textil, su padre había decidido comprar unas hectáreas de campo. Además, su hermano es ingeniero agrónomo, lo que le permitió al expolista estar en contacto con el mundo agropecuario desde joven: “Me divierte aprender, crear e intentar solucionar alguna de esas problemáticas que se cruzaban. Quería darle una vuelta de rosca”, agregó.
El otro pilar de la empresa, Pablo Fernández, es un “referente en la industria textil”. Es dueño de una de las empresas textiles más grandes de Sudamérica, con una industria que cuenta con alrededor de 1500 empleados. “Es muy loco que dos familias textiles se terminen encontrando y asociando en este tema de fertilizantes”, reflexionó Talamoni.
Esa unión les permitió desarrollar un enfoque casi único en el sector. “Lo que nos distingue a nosotros es la producción de fertilizantes líquidos a medida”, señaló. Los mismos están adaptados a las necesidades específicas de cada tipo de suelo y cultivo, y es a través de análisis de suelos y hojas de cultivo que se pueden formular productos específicos que optimicen el rendimiento de las plantaciones.
“Nosotros identificamos qué tipo de cultivo es, analizamos el suelo o las hojas y, en base a eso, entregamos lo que realmente necesita en ese momento”, explicó el empresario. “Decimos ‘a medida’, porque significa que yo puedo agarrar un producto, mezclarlo con líquidos, y hacer algo mejor, que se adapte al suelo y se amolde más a ese cultivo o al estadio en el que se encuentra”.
La planta, que fue inaugurada hace solo una semana, tiene una capacidad de producción de entre 80.000 y 100.000 litros diarios para abastecer a productores de soja, maíz, trigo, mandioca, tomate y otros cultivos extensivos e intensivos. Sin embargo, los fundadores no descartan expandirse a otros cultivos, de acuerdo a las necesidades que tenga el agro: “Estamos también innovando en todo el tema del ajo, para tratar de brindar una buena fórmula a la gente, aunque todavía no es un cultivo popular en Paraguay”, informó.
El proyecto llamó la atención del gobierno paraguayo. En el marco de su programa de Hambre Cero, el que se enfoca en asegurar el acceso de toda la población a una “alimentación sana y nutritiva”, las máximas autoridades, como el presidente Santiago Peña Palacios, se acercaron a los fundadores para felicitarlos por su inversión y pensar maneras de colaborar a futuro. A su vez, estuvieron presentes el día de la inauguración de Blacksoil.
Los fundadores informaron que desde el Gobierno había un gran interés en la mejora de productividad de cultivos clave para la región, como la mandioca, el sésamo, la chía y la yerba mate.
Uno de los grandes beneficios de los fertilizantes líquidos es su rápida absorción por parte de las plantas. A diferencia de los fertilizantes sólidos, que dependen de las precipitaciones para disolverse y ser absorbidos, los líquidos están disponibles de inmediato. “La planta bebe, no muerde”, comparó Talamoni. Precisó que la disponibilidad instantánea de los nutrientes permite un mejor crecimiento y una mayor eficiencia en la nutrición del cultivo.
Además, estos tipos de fertilizantes reducen el impacto ambiental. Con este método, se minimiza la escorrentía y se logra una mejor absorción del producto, de acuerdo informaron desde la empresa.
A futuro los socios planean una expansión en la Argentina con una nueva planta de producción para consolidar su presencia en el mercado. “Estamos listos para seguir creciendo”, finalizó Talamoni.
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