Los costos sociales se convierten en el resultado del éxito o desvarío económico. No gastar más de lo que se recauda es una base, pero ocurre que alcanzada esa meta resulta peligroso hacer excavaciones que bajan el piso. El ajuste adquiere amplitud y no hay libro que produzca milagros. El modelo Milei depende de la ayuda extraordinaria de Donald Trump que se hará ¿antes o después del resultado del 26 de octubre?
La respuesta es crucial porque las reservas se agotan, no hay dólares suficientes y el sueño de llegar sin devaluación puede convertirse en pesadilla o desbande de las bandas gloriosas de Toto Caputo.
Salvador Femenía, hombre de CAME y UCEP Moreno, responde la primer pregunta, inicio de la nota:
¿Tenés alguna duda que después de la elección habrá una devaluación de la moneda?
No estoy seguro que devalúe pero si que en algún momento se va a terminar la flotación, se terminarán las bandas. Por supuesto que nadie, mucho menos en año electoral, dice que va a devaluar. Yo creo que lo hace el gobierno es tratar de blindarse a un alto costo. Creo que uno de los primeros errores del gobierno fue liberar las Leliq (NdR: se sustituyeron esos papeles por deuda del Tesoro, en un proceso que implicó la desaparición de estos pasivos del Banco Central y el desplazamiento de pesos al mercado en una primera etapa, generando una presión sobre el precio del dólar). El segundo error fue ponerle techo a las paritarias, por ejemplo en el sector comercio se discutía un 1 por ciento y el gobierno tardó seis meses en homologar el acuerdo y eso nos planchó. Desde la llegada de Milei cerraron más de 15 mil pymes, se traduce en 150 mil puestos de trabajo perdidos.
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