Antes de los resultados en CABA, Antonio Castillo, OLP en el Frente Nacional Malvinas, avisoró un fenónemo que demuestra el rechazo a la representación, a la dirigencia. Los niveles de abstención electoral maduran, la des legitimación aumenta paso a paso. Claro que en las lecturas de La Libertad Avanza emergen datos de su crecimiento, configurándose el núcleo duro y planteando un modelo de poder que está a punto de ponerle la lápida al PRO de Mauricio Macri.
Castillo realiza una lectura coherente y consecuente: «Lo que está diciendo la gente es que la clase política no se está ocupando de sus problemas, y eso lleva a una reacción de apatía, de no importarle lo que haga porque para el de abajo es más o menos lo mismo. Se pueden cambiar caras pero su realidad social – económica sigue igual».
Si el modelo de Milei es más profundo que el ejecutado por Menem en los ’90, es el PERONISMO quien tiene el deber de representar al pueblo que rechaza el culto al individualismo resignificando el modo y lograr una síntesis que sea instrumento. Hasta aquí, afirma Castillo, «en la militancia peronista argentina no se discute lo que hay que hacer para sacar a la Argentina de esta crisis» y luego remata: «Muchos dirigentes han caído en la trampa electoral del sistema que lleva al individualismo, y un movimiento nacional, popular y revolucionario como es el peronismo no le supo poner freno, por lo menos hasta ahora. Recuerdo que la última elección legislativa que ganó el peronismo en la Provincia de Buenos Aires fue en el 2005, y creo que se ha perdido la capacidad para que surjan conductores en la política. Tenemos dirigentes que amontonan, el conductor convence, forma y genera un ejército que organiza lo que se construye«.
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