Se terminó el sueño de Solana Sierra en Wimbledon, pero no sin antes dejar su huella. La joven argentina de 21 años fue eliminada en los octavos de final tras caer por 6-3 y 6-2 frente a la alemana Laura Siegemund, en un partido que estuvo dos veces interrumpido por lluvia.
A pesar de la derrota, Sierra cerró una actuación inolvidable: se convirtió en la primera tenista argentina en alcanzar los octavos de final de Wimbledon desde Paola Suárez en 2004. Y lo hizo con un recorrido lleno de sorpresas: ingresó al cuadro principal como “lucky loser” (perdedora afortunada) y superó a rivales como la australiana Olivia Gadecki, la británica Katie Boulter y la española Cristina Bucsa.
Gracias a su destacada actuación, la marplatense escalará al menos 35 posiciones en el ranking WTA, lo que le permitirá ubicarse entre las mejores 65 del mundo.
Además, se aseguró un premio económico de 240.000 libras esterlinas (unos 327.000 dólares), una cifra que prácticamente duplica los ingresos que había acumulado en toda su carrera hasta el momento. Aunque no pudo avanzar a cuartos, Solana Sierra demostró que está lista para competir al más alto nivel. Wimbledon la despide, pero su presente ilusiona y su futuro promete.
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