El fósil de un cocodrilo marino fue hallado en Loncopué y refuerza el valor científico de la Cuenca Neuquina.
La recuperación del cráneo articulado y completo fue realizada por un equipo técnico y científico de la Dirección de Patrimonio Cultural de Neuquén y del CONICET, luego de una denuncia de hallazgo fortuito en el paraje rural Los Álamos, propiedad de la familia Fuentes. El rescate se realizó siguiendo los protocolos establecidos por la Ley Provincial 2184/96 que protege el patrimonio paleontológico.
Características del ejemplar y contexto geológico
El animal marino hallado en la Cuenca Neuquina tenía un cuerpo que no superaba los tres metros de longitud, con un hocico largo y estrecho provisto de dientes finos, adaptado a la captura de peces pequeños e invertebrados marinos como los amonites. Vivió millones de años antes del levantamiento de la Cordillera de los Andes, cuando el área que hoy ocupa la provincia era parte de un mar interior.
Según explicó la investigadora Marianella Talevi, quien lideró la expedición junto a Mateo Gutiérrez, Juan Ignacio Ison y Micaela Chaumeil Rodríguez del IIPG (CONICET–UNRN), “el estado de conservación del cráneo es excepcional y permitirá nuevos estudios sobre la fauna marina jurásica”.
Trabajo interinstitucional y compromiso local
El descubrimiento fue posible gracias a la colaboración entre organismos estatales, científicos y vecinos. La familia Fuentes, que ya había participado de otro rescate paleontológico, fue clave en esta nueva intervención, fortaleciendo el vínculo entre la comunidad y el patrimonio científico.
En ese marco, se realizó una jornada abierta en Loncopué para compartir con estudiantes, docentes y vecinos los principales hallazgos fósiles de la región de Mulichincó. La actividad destacó la importancia de la conservación de estos restos como bienes culturales y científicos de valor incalculable.
Importancia del rescate para la ciencia y la cultura
Desde la Dirección de Patrimonio Cultural de la provincia y el CONICET resaltaron que este tipo de hallazgos fortalecen el conocimiento sobre los ecosistemas del pasado y contribuyen a posicionar a Neuquén como una región clave en la paleontología nacional e internacional. Además, subrayaron el rol fundamental de la comunidad en la protección del patrimonio fósil, a través de la denuncia responsable y el respeto por los procesos de investigación y conservación.
Este cocodrilo marino se suma a una larga lista de especies recuperadas en la Cuenca Neuquina, reafirmando su valor como una ventana única al pasado remoto del planeta.