Después de una larga temporada sin incidentes de consideración, en Barcelona han vuelto a reproducirse unas escenas de violencia callejera que se han ido repitiendo en diferentes episodios de la historia reciente de la ciudad. Unas veces por el encuentro en la capital catalana del Banco Mundial –hace ya casi un cuarto de siglo–, otras por un intento de desalojo de una finca okupada (Can Vies) o por las sentencias del procés . Y ahora, la excusa para la actuación de los alborotadores ha sido la convocatoria de huelga en favor de Palestina, que motivó diversas manifestaciones a lo largo del miércoles.
La recuperación de unas imágenes que parecían felizmente archivadas ha motivado, como era costumbre, la condena más o menos firme de sectores del empresariado y el comercio de la ciudad, así como de las formaciones políticas que no secundaron las movilizaciones del miércoles, que sí tuvieron el apoyo de BComú, ERC y del alcalde de Barcelona, el socialista Jaume Collboni.
Los comerciantes lamentan que la acción de unos pocos acabe perjudicando a tanta gente
“Hay que abrir una reflexión colectiva; no puede ser que la acción de grupos violentos perjudique a tanta gente”, mantiene Luis Sans, presidente de la Associació del Passeig de Gràcia. Durante la manifestación de la mañana, convocada por los sindicatos, se registraron pintadas en algunos escaparates de este bulevar, “como también ocurrió tras la manifestación del 4 de octubre”, apunta. Sans lamenta que “una causa legitima se use para hacer daño y destrozar el espacio público”.

Material de obras en la calle Tarragona, por donde pasó la protesta
Mané Espinosa / Propias
Si bien el grueso de los manifestantes no causaron incidentes, la acción de estos grupos violentos, que por la mañana, tiraron piedras y pintaron el local del Burger King y de MacDonalds, fue especialmente evidente durante la manifestación de la tarde. Primero alrededor de la estación de Sants y luego en la calle Tarragona, donde varios encapuchados quemaron una decena de contenedores que algunos vecinos trataron de apagar tirando agua pero que requirió la intervención de los bomberos. Más tarde, ya junto al consulado de Israel volvieron a quemar contenedores, a lanzar petardos y bengalas y a tirar rejas de protección. El Ayuntamiento contabilizó un total de 19 contenedores calcinados. Los Mossos detuvieron por todos estos incidentes a quince personas, 11 de ellas menores e hicieron uso de manera puntual de sus defensas para dispersar a quienes estaban cometiendo actos vandálicos.
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La acción de estos violentos también tuvo ayer reacción política: “Todo nuestro apoyo al derecho de manifestación y todo nuestro rechazo y condena a los actos violentos de quienes vandalizan la ciudad”, insistió el portavoz municipal de Junts, Jordi Martí Galbis. El grupo presentará varias preguntas sobre la falta de coordinación entre el Ayuntamiento, Guardia Urbana y Mossos en la planificación de la seguridad, y sobre la no retirada del material de obras que los manifestantes encontraron a su paso. El grupo municipal del PP propuso sancionar el uso de pasamontañas y capuchas para cubrirse cuando hay desórdenes públicos o conductas violencias. Sirera lamentó “la incompetencia de Salvador Illa y Jaume Collboni por no actuar con previsión y contundencia”.
Conferencias, fútbol y un concierto en solidaridad con Gaza
Barcelona acogerá el 14 y 15 de noviembre el lanzamiento internacional de la campaña ActxPalestine, un llamamiento desde Palestina para promover y garantizar la ayuda humanitaria y la reconstrucción de Gaza. Se celebrarán conferencias, talleres, exposiciones y está previsto un partido de fútbol entre Catalunya y Palestina el 18 de noviembre en el Estadi Olímpic y un concierto-manifiesto por Palestina, el 29 de enero de 2026 en el Palau Sant Jordi.