En una jornada de múltiples manifestaciones, miles de personas protestaron frente al Congreso. La convocatoria comenzó con una enorme concentración de prestadores y familias contra el ajuste en Discapacidad, empalmó con la radio abierta de los jubilados de todos los miércoles, y fue el marco de la actividad del movimiento de mujeres en el décimo aniversario del Ni Una Menos. También confluyeron allí los trabajadores del Garrahan, todo en el marco de la sesión de Diputados que trata una serie de proyectos colocados en la agenda por la movilización.
Trabajadores prestadores, personas con discapacidad y familiares reclamaron una recomposición en los montos de los nomencladores vigentes de las prestaciones, cuya licuación y ajuste está impidiendo el acceso de las mismas a miles de personas en situación de vulnerabilidad. En el recinto se trata un proyecto de emergencia para mejorar las prestaciones, el acceso y los pagos las y los profesionales.
Otros proyectos incluidos en el temario de Diputados son los relativos a la continuidad de la moratoria previsional, que el gobierno eliminó vedando la posibilidad de jubilarse a cientos de miles de trabajadores, y una recomposición de los haberes, que se encuentran en niveles de indigencia. Los dictámenes en tratamiento fijan la restitución por dos años de la moratoria jubilatoria, una prestación proporcional para quienes no llegan a los 30 años de aportes, y un aumento del 6,7% en las jubilaciones mínimas más recomposición del bono.
Las organizaciones de trabajadores jubilados se vienen movilizando todas las semanas ante el ataque del gobierno de Milei, que además de hundir los haberes recorta cobertura de medicamentos de Pami. Cada miércoles aguantan la represión infame de las fuerzas comandadas por Bullrich, con una tenacidad que les valió un amplio apoyo popular hasta convertirse en una referencia aglutinante de grandes movilizaciones.
Se sumó también la movilización de mujeres a 10 años de la primer convocatoria masiva bajo la consigna Ni Una Menos. Denunciaron las provocaciones, el ninguneo de los femicidios y la promoción de crímenes de odio que impulsa el gobierno de Milei. Mientras en 2025 se comete un femicidio cada 26 horas, se eliminan programas de acompañamiento a familiares de víctimas y a quienes sufren violencia de género. Como el 1F y el 8M, el movimiento de mujeres y la diversidad sexual se plantó en las calles, que es como ha obtenido conquistas en esta última década.
Las y los trabajadores de Hospital Garrahan también se movilizaron. Vienen desenvolviendo una lucha por el salario, las condiciones laborales y contra el vaciamiento del principal hospital pediátrico del país. En medio de los ataques del gobierno, el movimiento de lucha cosechó el apoyo de la comunidad. Ante la ausencia de respuestas a sus reclamos, una masiva asamblea resolvió iniciar un paro desde el miércoles a las 21:00 con movilización a Plaza de Mayo el jueves 5.
A la convocatoria se plegaron además los trabajadores del Conicet que enfrentan el ajuste en ciencia y los despidos, artistas que manifiestan contra el vaciamiento del Instituto Nacional del Teatro, piqueteros que sostienen día a día los comedores populares y combaten el hambre en los barrios.
La manifestación rodeó el Congreso, incluyendo cortes de calle en los alrededores, en una nueva derrota al represivo e ilegal protocolo antimanifestaciones de Bullrich.
Una jornada de lucha que expresó las tendencias del movimiento obrero a enfrentar a un enemigo común: el gobierno de Javier Milei y sus planes antiobreros. Como sostuvo Nora Biaggio, docente jubilada y referente de Plenario de Trabajadores Jubilados, «estamos ocupando el lugar que deberían ocupar la CGT y la CTA, convocando a un plan de lucha nacional y a un paro general».
