A Karina Milei se le escapó una sonrisa mientras miraba la pantalla del teléfono de Cristian Ritondo. El jefe del PRO bonaerense, que celebraba la incorporación del partido fundado por Mauricio Macri a un frente que lleva el nombre de La Libertad Avanza, le mostraba un mensaje del Presidente que pretendía graficar su emoción por el acuerdo. En el sticker animado aparecía un judío ortodoxo que saltaba y bailaba arriba de una puerta en una fiesta mientras lo sostienen sus amigos; pura algarabía. Diego Santilli, que también salió en la postal que retrató un fotógrafo de Clarín y que ilustra esta nota, recibió el mismo mensaje.
El intendente de Mar del Plata Guillermo Montenegro también sonreía en la mesa que completaba Sebastián Pareja, presidente del partido violeta en la Provincia. A la misma hora, Macri posaba en Nueva York con algunas leyendas del fútbol internacional, en la antesala de la final del Mundial de Clubes, ajeno al barro de la política local.
El grupo que se reunió el miércoles en el Hotel Libertador para celebrar la coalición que luce como una fusión volverá a sentarse -sin la presencia de “el jefe”- entre lunes y martes para avanzar en las listas de legisladores y consejeros escolares de las 8 secciones electorales. En principio, no está previsto que participen de esas conversaciones ninguno de los referentes seccionales. Los intendentes del PRO y de LLA se concentrarán en sus municipios.
La hermana del Presidente fue otra vez -como ocurrió en la Ciudad- la única ordenadora de su espacio. “Los que no están sentados acá es porque han venido a plantear cargos”, dijo Pareja en lo que pareció ser un tiro por elevación a Agustín Romo y el sector de Santiago Caputo que pugna por lugares en las listas bonaerenses, motivo de la guerra por los lugares en delegaciones de PAMI. En la Capital, Karina fue voraz y contundente; todo fue para su armadores.
La secretaria general de Presidencia también logró imponer su visión estratégica por sobre la Guillermo Francos y Caputo en la política nacional, que chocó de frente contra el Congreso esta semana. Milei cedió a la tentación de confrontar; una alternativa que puede poner en riesgo la gobernabilidad y generar sobresaltos en el plan económico. El jefe de Gabinete intenta resucitar el diálogo.
Ritondo también tuvo motivos para celebrar. Logró mantener -por ahora- la unidad del partido que preside. La mitad de los intendentes macristas todavía amagan con desoír la directiva orgánica y jugar con un armado propio.
Las promesas, en la previa, de que los 13 alcaldes del PRO se quedarían con el 75 por ciento de las listas en sus distritos desaparecen. La intendenta de Vicente López Soledad Martínez -carne y uña de Jorge Macri- avaló el acuerdo después de tensar la cuerda. Para acercar posiciones se reunió esta semana con el concejal libertario Luis Palomino que hace solo dos meses declaró que su objetivo es gobernar el primer municipio que conquistó el macrismo en la Provincia. La desconfianza prima y la necesidad también.
El ala del PRO que más abogó por un acuerdo recuerda que la intendenta cedió el 50 por ciento de sus legisladores a sus socios de JxC en 2021.
El hartazgo de algunos intendentes del PRO trasciende de todos modos a los que reportan al jefe de Gobierno porteño como Martínez, Pablo Petrecca (Junín) y María José Gentile (9 de Julio). A Lisandro Matzkin, de Coronel Pringles, no le alcanzó con referenciarse en Santilli, uno de los más entusiastas promotores de un acuerdo con LLA.
Daniel Angelici tampoco pudo proteger por ahora a Javier Martínez, de Pergamino, intendente de su redil, que amenaza con dar un portazo ante las exigencias de los libertarios. La paradoja es que el empresario binguero intenta negociar en ese marco con referentes del oficialismo nacional para tender puentes en la Ciudad antes del 26 de octubre.
El ex presidente de Boca -que se define radical, pero trabaja con el PRO hace más de 17 años- es muy cercano a Darío Wasserman, vicepresidente del Banco Nación y esposo de Pilar Ramírez, presidenta de LLA en la Capital. En el karinismo porteño no tienen ninguna motivación para ir juntos con el PRO después de la paliza del 18 de mayo.
Daniel Angelici. El ex presidente de Boca, activo. Angelici de todos modos gana espacio en la administración de Jorge Macri en áreas sensibles del Gobierno vinculadas a la Justicia. En estos días promueve que el ex Grupo Sushi Lautaro García Batallán (que fue octavo en la lista del PRO) -de su riñón- se quede con el control de la legislatura que hasta ahora ejercía Matías López, cercano a Santilli.
El ex vicejefe porteño -con línea directa con Karina Milei- sigue resistiendo a quienes lo empujan como candidato a senador por la primera sección electoral que desbancó a la tercera como la más populosa. Se contentaría con el tercer lugar en la lista de legisladores nacionales en octubre, detrás de José Luis Espert. El intendente de 3 de Febrero, Diego Valenzuela, uno de los primeros en saltar a LLA, podría ser el candidato a senador provincial así como Guillermo Montenegro el contendiente en la quinta. Ellos no lo confirman ni desmienten.
Con una campaña corta, se suman voces para promover al tiktokero presidencial y vecino de Colegiales Iñaki Gutiérrez como candidato en la tercera, bastión del kirchnerismo y donde el oficialismo huele una derrota contundente. Su mayor activo es ser amigo del Presidente. La referente de Pareja, Miriam Niveyro, todavía no fue descartada.
En el PRO bonaerense evitan hablar de sumisión y recuerdan que el frente donde fueron escondidos con Sergio Massa en 2013 era el Frente Renovador, el nombre que el tigrense terminó adoptando para su fuerza. “Nadie decía nada ni se acuerda, porque había un bien común mayor. Hoy nosotros tenemos los mejores pilotos, pero ellos tienen los McClaren”, dicen, seguros de su apuesta.
