Dicen las malas lenguas que después del verano, con el fin de las vacaciones, es cuando muchas parejas deciden poner fin a su relación y se divorcian. Por lo visto, cuatro semanas de convivencia diaria, prácticamente las veinticuatro horas del día juntos, hacen que muchos matrimonios se den cuenta de que lo suyo ha llegado a su fin y que mejor cada uno por su camino. A pesar de que el 60% de los divorcios en España son de muto acuerdo, puede ser difícil llegar, por ejemplo, a pactos en el terreno económico, especialmente cuando hay hijos de por medio.
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