No vamos a hacernos la víctima, pero que cada palo aguante su vela. O mejor, para lo que nos atañe, cada casquillo, su bombilla. La potencia eólica instalada en Catalunya asciende a 1.406 megavatios. La Terra Alta genera el 29%; el Baix Ebre, otro 10%, y la Ribera, el 3,2%. Uniendo las comarcas del Ebro, el porcentaje se eleva al 42%. Si a ello le sumamos los parques del resto de la provincia de Tarragona, la producción se dispara al 57,8%. Y si le añadimos el sur de Lleida, la cifra bate récords, el 86%. Respecto a la energía fotovoltaica, la radiografía territorial se le asemeja. Demos las gracias, por tanto, a Eolo, Kon o Ehécatl al habernos bendecido con su cierzo. Y ¡hosanna!, veneremos a Helios, Apolo y Ra por iluminarnos con tan imponente radiación solar. En Girona, en manos del fatídico destino de Érebo y Gaueko –divinidades de las tinieblas–, que se chinchen. Pues solo el intrincado y enigmático designio de los dioses explicaría el erial en renovables en que se han convertido las comarcas de Girona. Ni un solo kilovatio eólico de uso comercial. O sea, un cero patatero (Aznar dixit). Bueno, seamos ecuánimes, explotan 31 megavatios de fotovoltaica.

Molinos de viento en la Terra Alta
Xavi Jurio
A quienes vivimos en el Ebro se nos queda la cara de bobalicones cuando comprobamos perplejos que la tramontana solo sirve para la información meteorológica de TV3, con indudable querencia de sus presentadores por el Empordà. Y que, pese a disfrutar en el nordeste catalán de un viento huracanado y de suficiente tueste solar, somos los del sur quienes debemos prender el interruptor nuclear o eólico para iluminar su finca. Un territorio cuya renta per cápita para sí quisieran las Terres de l’Ebre. O quizá por ello, porque las estadísticas económicas nos sitúan en la cola de rezagados, las eléctricas han aterrizado por aquí abajo sin compasión. Al menos en Barcelona apechugan con alguna eólica, térmicas, incineradoras y contaminación.
Se nos queda cara de bobos al ver que la tramontana solo sirve para la información meteorológica de TV3
En la zona norte de la Terra Alta convivimos con 169 aerogeneradores, diseminados por siete poblaciones, en medio de viñedos de la denominación de origen. Y así estamos, pagando el kilovatio hora como hijo de buen vecino y alzando poquito la voz no sea que nos tachen de insolidarios. Es lo que nos ha tocado. En la Costa Brava van a instalar tres molinos provisionales en medio del mar (15 megavatios), fruto de un proyecto de investigación. Pero solo a ellos van a estropearles el paisaje, las vistas y el turismo e hipotecar sus recursos naturales y desarrollo futuro. Por acá, que lo sepan, nos bañamos frente a la nuclear de Vandellòs y no hemos desarrollado branquias. Y la garnacha sigue cosechando éxitos. Veremos cómo la Generalitat se las apaña con el Plater, el plan que debe armonizar y diseminar las instalaciones de renovables por toda Catalunya, cuya aprobación lleva un año de retraso. De momento, a los gobiernos anteriores el reparto les ha salido fatal.