
Barcelona
ERC está abriendo de nuevo el debate sobre la conveniencia o no de entrar a formar parte del gobierno del alcalde Jaume Collboni. El asunto ha de dilucidarse antes de este verano, de lo contrario no tendrá mucho sentido volver a plantear esta posibilidad durante lo que resta del presente mandato. En torno a un millar de militantes republicanos están llamados a votar telemáticamente el día 26 de este mes.
Estas nuevas elecciones de la federación barcelonesa de Esquerra han de finiquitar de una vez un inquietante paréntesis que ya dura unos diez meses, un largo impasse que en verdad no hace otra cosa que determinar la acción de los concejales independentistas y por ende del Consistorio ¿recuerdan la que se vino a conocer a como la consulta de Orfeó?
La consulta quedó en el aire hace 10 meses
Entonces, a mediados de junio del año pasado, todo quedó en el aire. La principal federación del partido convocó a sus bases para que a ratificaran o rechazaran el prepacto de gobierno que el grupo municipal acababa de suscribir con el ejecutivo de Collboni. Muchos estaban convencidos de que el sí ganaría fácilmente, pero los más críticos con Oriol Junqueras se movilizaron y acudieron en masa a la cita.
A la postre acudieron tantos militantes a votar que el Orfeo Martinenc quedó del todo desbordado y la federación se vio obligada a suspender la crucial consulta. Contra las peor pensadas lenguas acostumbran a recordar que el aforo de aquel recinto triplicaba el del lugar donde se realizó la anterior consulta a la militancia.
Distintos escenarios abiertos
La concejal republicana, en estos momentos presidenta de la federación barcelonesa de ERC y también candidata a revalidar este cargo de la mano de la candidatura de Endavant, Barcelona!, Eva Baró, entiende que la federación resultante de la elección del próximo día 26 tendría que plantear de nuevo a la militancia la posibilidad de que los republicanos entren o no en el gobierno de Collboni.
“La realidad no es una foto fija –abunda la propia Baró–. Han pasado muchas cosas durante los últimos diez meses. Tenemos que hablar con nuestros concejales, con el grupo municipal, y también con los socialistas, con el gobierno de Collboni, para ver si aquel prepacto de hace tanto tiempo aún tiene algún sentido, si acaso que ERC entre en el gobierno del Ayuntamiento todavía merece la pena. Y, una vez tengamos claros cuáles son los escenarios posibles después de tanto tiempo, la militancia ha de poder tomar una decisión, porque somos un partido asambleario, y sobre todo ha de poder hacerlo pronto. La asamblea en cuestión tendría que celebrarse antes del verano”.
Porque la verdad es que el tiempo apremia, el asunto no puede demorarse mucho más. Muy pronto llegaremos al ecuador del mandato. Y si los republicanos quieren que su hipotética entrada en el gobierno de los socialistas marque de algún modo la acción del Ayuntamiento de Barcelona no pueden perder el tiempo. Si este asunto tarda mucho más en resolverse los concejales de ERC no podrán dejar mucha huella en el ejecutivo, apenas podrán hacerse unas cuantas fotos.
Por su parte, el acalde Collboni ya demostró durante lo que llevamos de mandato que se siente a gusto pactando con unos u otros según las necesidades del momento. Pero también es cierto que la entrada de los republicanos en su gobierno aligeraría las agendas y cargas de trabajo de sus concejales. Además, de un tiempo a esta parte los grupos de Junts y de BComú se muestran más reacios que nunca a apoyar al gobierno socialista.