Un desarrollador inmobiliario de Yorkshire, Inglaterra, fue condenado por realizar “una campaña de control” contra su amante, a quien le puso un micrófono en su auto y casa, una cámara oculta en su habitación, e incluso intentó contratar un investigador privado para que la siguiera durante sus vacaciones.
Lewis Minnock, director de Sovereign Homes, admitió ante el Tribunal de la Corona en la ciudad de Leed que se volvió “paranoico” poco después de comenzar una “aventura” con su víctima, a quien conoció a través del trabajo, según informó Daily Mail.
Mientras su esposa Sarah Minnock esperaba su primer hijo, en enero de 2023, Minnock le regaló a su amante un cargador de teléfono para auto que contenía un micrófono. En octubre, se descubrió un dispositivo de rastreo en el vehículo.
Según contó la fiscal Jemima Stephenson-Finn, cuando un amigo de la amante lo confrontó, Minnock aseguró que los dispositivos eran “necesarios para poder llevar a cabo un análisis de riesgos, para poder saber si ella era de alto riesgo”.

La policía también encontró dispositivos instalados en el salón y dormitorio de la víctima, incluida una cámara oculta. De acuerdo con la investigación, entre marzo y diciembre de 2021, Minnock espió a la mujer más 1.000 veces a través de dichos dispositivos.
Cuando la mujer se fue de vacación a México para “alejarse” de él, Minnock contrató a un investigador privado para que la siguiera. “Una amiga común dijo que vio un recibo de 4.500 libras esterlinas para el investigador. Él dijo que pidió un reembolso porque no podía pagarlo”, contó la fiscal Stephenson-Finn.
En dos ocasiones, Minnock agredió a la mujer. Una de ellas quedó captada por la cámara de seguridad del timbre de su casa, donde se puede ver cómo la arrastró por fuera de su domicilio.
Lewis Minnock: de la paranoia al abuso en un caso de control extremo
En una declaración presentada ante el tribunal, aseguró que “lo que él hizo no fue amor, fue obsesión, control y abuso”, y que “nadie debería pasar” por lo que ella pasó. “No hay un solo día en el que no sienta el peso de lo que me hizo. El mundo que conocía y la versión de mí misma que existía desaparecieron”, expresó.
La mujer indicó que se siente “afortunada de estar viva, dada la obsesión y la ira que él sentía”. “Ya no reconozco mi vida y, desde luego, no me reconozco a mí misma. Todo lo que me hacía sentir segura me fue arrebatado”, agregó.
“Vivo cada día con un profundo miedo que nunca me abandona. La verdad es que él llevaba una doble vida, mintiéndome a mí, a su esposa y a su familia. Creó una versión de los hechos para que pareciera que yo era el problema. No es alguien que haya cometido errores. Es peligroso y calculador en lo que hace”, afirmó.

En cambio, su esposa Sarah aseguró que Minnock es una “persona decidida y profundamente leal”, y que su comportamiento fue “inusual”. “Decidí no alejarme porque creo en la persona que conocí durante más de dos décadas”, aseguró.
Sallie Bennet-Jenkins, la abogada defensora de Minnock, sostuvo que su cliente se “caracterizaba por la vergüenza y el remordimiento”, y argumentó que “las personas que mantienen relaciones duraderas a veces se enamoran de otras personas”.
“Se encontraba en conflicto entre su amor por la víctima y su deseo de estar con ella, y el amor y el respeto que sentía por su esposa, que estaba esperando un hijo suyo”, sostuvo Bennet-Jenkins.

Según contó la abogada, Minnock “empezó a preocuparse” después de romper la relación con su amante, quien “lo animó a dejar a su esposa”, al decirle que “si no era capaz de hacerlo, buscaría relaciones con otros hombres”.
Minnock fue condenado con 16 meses de prisión suspendida y una orden de alejamiento de cinco años que le prohíbe ponerse en contacto con la víctima.