Todavía no caía de su asombro, aún no lo había digerido por completo. Sin embargo, la procesión va por dentro. Con la mesura de sus palabras, la española Inma Pelegrin reconoció que se sintió sorprendida cuando recibió la noticia de que había sido la ganadora del Premio Lumen de Novela 2025.
Su novela Fosca, un thriller rural explora la crueldad, la ternura y el fin de la infancia en un entorno hostil con un final atrapante y revelador, será publicado el próximo 25 de septiembre. Además, recibió 30.000 euros como premio.
En su primera novela, la poeta tuvo tiempo para conversar con la prensa a través de una conferencia virtual y hablar de sus impresiones que le causó el hecho de haber ganado el Lumen 2025 de Novela.
Una sorpresa gratísima
“Fue una sorpresa gratísima. Estaba tendiendo la ropa cuando sonó un número de teléfono que no conocía. Para nada se me ocurrió que podría ser algo así. Fue una alegría muy grande, una sorpresa, todavía sigo abrumada. Creo que necesito unos días para hacerme una idea de lo que me ha pasado”, dijo.
“Estoy sobre todo feliz por la editorial donde va a salir esta novela. Para mí significa muchísimo estar hoy aquí en Madrid y sobre todo, publicar con editorial Lumen”, agregó Inma, que vive en Lorca y se trasladó a Madrid, la capital española, para recibir el premio.
En diálogo con la prensa hispana, Pelegrin estuvo acompañada por parte del jurado, quienes comentaron sus sensaciones acerca de la obra ganadora. Una de ellas fue Ángeles González-Sinde.
“Al leer este manuscrito comprendí quién estaba detrás de una escritora cuidadosa a la hora de contar una buena historia, una escritora que trabaja eligiendo cada palabra y cada imagen casi como un orfebre”, sentenció.
Sobre Fosca, la flamante novela ganadora del Premio Lumen 2025, dijo que “es una historia cargada de emoción donde cada acción se adentra en un clima sombrío en el que hay sombras que luchan: cada una a su modo y con sus razones por abrir ese camino hacia la luz. También es una reflexión sobre la masculinidad, una forma mal entendida y muy extendida de ver la masculinidad, esa transmisión dolorosa de lo que llamamos los atributos del hombre”.
Además, elogió a los personajes creados por la escritora española y destacó la brillantez de los personajes femeninos. “También brillan aquellos que desean salirse de esa tradición tan opresiva”, aseveró.
Por su parte, Elena Medel, otra de las integrantes del selecto jurado, dijo: “Hemos utilizado una expresión de antinovela de aprendizaje en el sentido de que Inma enfoca el mote de la novela típica, de aprendizaje pero lo subvierte”.
En ese sentido, señaló que “hay un protagonista que no vive una peripecia, una enseñanza, sino todo lo contrario: desea destruir aquello que ha ido aprendiendo para sobrevivir. Ahí hay un simbolismo muy fuerte: el de su olvido de una fábula oscura con un tono muy legendario en el que no hay ningún tipo de moraleja. Es un camino que vamos recociendo a medida que vamos leyendo”.
Inma Pelegrin también respondió las preguntas de la prensa. Una de ellas esta enmarcada en cuanto a las cualidades de Gabi, el personaje central de Fosca. “Hay una característica del protagonista: tiene una dificultad para reconocer los rostros, para reconocer a las personas de la cara. Se llama prosopagnosia, una condición que yo también tengo”, reveló.
“Quería hablar sobre ese rasgo en una novela. Me siento identificada. Pero, a nivel general, la vida está hecha de maldades y de ternuras. Creo que la novela también está hecha de este modo. Somos capaces de hacer cosa que a lo mejor no queremos que se sepan. Hasta ahí va mi implicación emocional con el personaje y la felicidad que considero que comparto con él”, agregó.
Una historia que atrape
¿Qué se van a encontrar los lectores cuando la novela salga publicada en septiembre? “Me gustaría que se encontraran con una historia que les atrapara, que quisieran seguir leyendo. Me gustaría que quien tuviera este libro tuviera la sensación de que lo está disfrutando”, deslizó la ganadora del Premio Lumen de Novela 2025.
También la autora se refirió a su paso de la poesía a la novela: “Más que paso, ha sido algo natural. Hay cosas que puedo escribirlas o transmitirlas utilizando un poema y cosas como estas, que no podía escribir un poema que hablara sobre toda esta historia, esta novela: padre, madre, toda esta gente. Ni siquiera podría utilizar un poemario para contar toda esta historia”.
“Entonces, más que un paso, ha sido lo natural, como cuando hablamos a veces utilizamos un lenguaje más lirico y otras veces más prosaico. Estoy a gusto cuando escribo poesía y he estado a gusto cuando escribí esta novela”, agregó.
La argentina Clara Obligado, otra integrante del jurado pero ausente durante la rueda virtual con la prensa, dejó por escrito sus impresiones con la novela de Pelegrin. Destacó “su lenguaje, la creación de un lenguaje poético y el uso del habla popular en un ambiente memorable en la tradición literaria española y a la vez un personaje a la vez inédito donde naturaleza, desamparo y humanidad se funden”.
En ese sentido, Lola Larrumbe, directora literaria de Lumen, también se refirió al lenguaje que utilizó Pelegrin en su obra consagratoria además de la importancia de la naturaleza de la novela. “Son personajes que están en un entorno natural muy especial, donde el protagonista adquiere una conexión muy fuerte con un perro. Allí hay un espacio para la ternura”.
“Como todas mis compañeras, a mí me ha impresionado el lenguaje: por momentos me recordó a Panza de burro (de Andrea Abreu) o a Cometierra (de la escritora argentina Dolores Reyes), y el poder de las imágenes que me llevaban a escenas de películas de Buñuel o As bestas, una película de Rodrigo Sorogoyen”, alabó Ángeles González Sinden.
“La historia sucede en el campo, en Murcia. Lamentablemente podría suceder en muchos lugares en Latinoamérica o en África. A lo largo de toda la novela hay una sensación de que se puede oler y palpar la oscuridad como concreta y la oscuridad metafísica que está en el interior de los personajes. Sobre todo, es muy impactante cómo crece la tensión hasta el final, un final inesperado e inolvidable”, completó.
“¿Te ha resultado dificultosa la mezcla de historias y de lenguajes que tienes?”, preguntaron desde México a la autora ganadora.
“Hay una diferencia de lenguaje y el lenguaje oral de los diálogos que hablan entre los miembros de la familia. El chico es el único que ha tenido la oportunidad de ir al colegio; los demás no han podido y uno de ellos tuvo que dejar de seguir yendo. De hecho, el padre no quiere que va vayan al colegio”, explicó Pelegrin.
Un habla muy orgánica
“Entonces, su conversación con él mismo tiene un nivel diferente al que utiliza cuando habla con los demás, con toda su familia: es un habla muy orgánica en cuanto al murciano-lorquino utilizando palabras características de la zona. A mí me gusta pensar que cualquier lugar puede ser un lugar literario y cualquier lengua puede ser una lengua literaria. Me gusta explorar esa parte”. argumentó.
Además, Inma Pelegrin sacó a la luz que tiene “muchos demonios”, de los cuales algunos los plasmó en su reciente obra.
“Quizás en la literatura sirva o me sirva para experimentar cosas que en la vida real no puedo. Me gusta poder vivir vidas que no voy a vivir en la realidad. Al fin y al cabo, para eso está la literatura, la fantasía y el arte. Eso me sirve para comprender que en una determinada circunstancia podemos ser quien no queremos ser”.
La ganadora también compartió momentos de intimidad que tuvo en su proceso literario. “Me ha gustado mucho cuando Elena Medel dijo que se notaba que había alguien disfrutando detrás de la novela. Es cierto: para mí, los momentos buenos de escribir son esos momentos que encuentro cosas que a mí me gustaría leer y lo disfruto. La paso genial, el tiempo se me pasa volando”
Sobre Gabi, el personaje central de Fosca dijo que tiene una verruga en la mano que se produce por una infección. Ates no tenía una solución, solo había remedios caseros”
La española Inma Pelegrín ganó esta mañana el Premio Lumen de Novela 2025. Foto: gentileza Lumen.“Esta mañana hubo una chica que se sintió emocionada en un momento hablo de que para secar un árbol hay que echarle vinagre, para secar la verruga la madre le venda la mano toda la noche con vinagre. El niño se preguntaba hasta dónde le llegaban las raíces de las verrugas que, a pesar de eso, no se secaban. Me sorprendió que nombrara esa parte porque me sentí feliz cuando lo estaba escribiendo y también ahora. No sé si esa felicidad traspasa el papel y me hace mucha ilusión que sea así”, amplió.
En cuanto al proceso de escritura, Pelegrin admitió que anduvo un solo camino, sin realizar demasiadas modificaciones en torno a la historia o a los personajes que ha creado. “A veces llegaba a un punto como que el camino seguía. Era muy poco. He planificado la trama desde el principio, escribiéndola. Entones es más difícil perderse”, aseguró.
¿Por qué el nombre Fosca?
Sobre el título de la novela ganadora, dijo que “Fosca es una palabra un tanto extraña. En algunos lugares en el norte de España significa ‘niebla’. En el sur, de donde yo soy, se llama ‘fosca’ a los días en que hace un calor muy insoportable, con más de 40 o 45 grados. Luego viene una nube de tierra como si fuera del desierto del Sahara y el cielo se queda turbio. No vemos el sol, sabemos dónde está por la claridad pero no ves las nubes, no ves prácticamente a menos de 100 metros. Ahí es cuando la gente dice: ¿“pero, qué fosca hace? Es una palabra diferente según donde la digas”.
“Pero en el libro también se utiliza. No aclara demasiado dónde ni cuándo sucede. Hay muchas cosas que quedan abiertas. Entonces, utilizo esa misma imagen ya que a veces en la vida las cosas tampoco quedan claras. De ahí viene el titulo porque la historia transcurre los días de muchísimo calor y andan inmersa en esa fosca que al final termina siendo un personaje más de la novela”
