Fernanda Iglesias expuso pruebas de una infidelidad al ser acorralada por Yanina Latorre en pleno programa. Tensión al máximo en LAM.
Durante una intensa emisión de LAM (América TV), Yanina Latorre protagonizó un fuerte cruce con su compañera Fernanda Iglesias, que terminó en la revelación inesperada de una infidelidad de alto perfil. El foco estuvo puesto en una famosa «rubia» vinculada sentimentalmente a un exfutbolista, tema que generó un clima de incomodidad y tensión en el estudio.
El origen del conflicto
Todo comenzó cuando Ángel de Brito introdujo en el aire el tema de una supuesta infidelidad que involucraba a una mujer del medio, una figura pública que habría tenido un vínculo clandestino con un exjugador de fútbol. Aunque al principio nadie se animaba a dar nombres, Latorre comenzó a lanzar pistas cada vez más directas.
“Es una rubia, conocida… Muy amiga tuya”, le dijo Yanina a Iglesias, en tono provocador. Ante el señalamiento, Fernanda negó cualquier implicancia y, molesta por la insinuación, decidió sacar su teléfono y mostrarle al conductor mensajes comprometedores que, según ella, daban contexto a su versión de los hechos.
La reacción de Iglesias
Visiblemente molesta por el «apriete» en vivo, Iglesias optó por blanquear parte de la interna y compartió capturas de pantalla con de Brito. Según trascendió, esas pruebas demostrarían que el conflicto venía de antes y que su silencio respondía a una decisión profesional más que a complicidad.
“Ya sabía de esto hace semanas, pero elegí no decir nada para no dañar a terceros”, explicó Iglesias tras el corte. La discusión dejó al descubierto internas entre las panelistas, sumando un nuevo capítulo de tensión al programa de espectáculos.
Un misterio sin nombres, pero con muchas pistas
Aunque ni Iglesias ni Latorre quisieron revelar quién es la mujer en cuestión, los detalles soltados al aire apuntan a una figura del ambiente artístico con pasado mediático y vínculos con el deporte. Las especulaciones en redes no tardaron en multiplicarse.
El episodio volvió a posicionar a LAM como epicentro del chimento nacional, con una fórmula infalible: enfrentamientos entre panelistas, misterios sin resolver y escándalos sentimentales que despiertan la curiosidad del público.