La sesión del Concejo Deliberante de Bragado de esta noche fue escenario de un tenso cruce que promete escalar. El concejal del PRO, Nicolás Araujo, utilizó una moción de privilegio para responder enérgicamente a las acusaciones vertidas por el secretario de Gobierno, José Luis Quarleri, quien lo habría imputado de cobrar «retorno».
Araujo calificó las declaraciones de Quarleri como «absolutamente falsas y agraviantes», y exigió una retractación pública en un plazo perentorio de 72 horas. La acusación de «retorno» es grave y apunta directamente a la probidad del concejal, quien ha dejado claro que no tolerará tales difamaciones.
Pero la arremetida de Araujo no se detuvo ahí. En un movimiento estratégico, el edil también puso el foco en la gestión del intendente Sergio Barenghi, al solicitarle que defina su postura ante el controvertido caso del «súper proveedor» supuestamente cercano a Quarleri. Según Araujo, este proveedor habría sido contratado en 183 oportunidades durante el año pasado, por un monto total de $87.000.000. Esta cifra millonaria y la elevada frecuencia de contrataciones con un mismo proveedor generan serias dudas sobre la transparencia en las compras municipales y la posible existencia de favoritismos.
La exigencia de Araujo al intendente Barenghi de tomar una postura clara ante este «súper proveedor» amigo de Quarleri subraya la creciente tensión política en Bragado. Este episodio, que combina acusaciones de corrupción con cuestionamientos a la transparencia en las contrataciones públicas, podría desatar una crisis en la gestión municipal y exigir respuestas contundentes por parte de las autoridades. La cuenta regresiva de 72 horas para la retractación de Quarleri ya está en marcha, y la expectativa por la reacción del intendente Barenghi es palpable en la esfera política local.
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