Por Gabriela Paiz* y Magalí Lovotti**
La esquizofrenia es una enfermedad mental compleja que tiene recuperación, hay tratamientos y las personas con esta patología pueden tener una vida digna. Aquí lo principal es la psicoeducación para romper con un montón de mitos, porque ninguna persona se define por su enfermedad, sea cual sea.
En este caso, el porcentaje de personas violentas con esta patología es muy bajo; suceden situaciones de violencia cuando la persona se siente atacada. Puede ser que esté escuchando voces, tenga alucinaciones o delirios y, como cualquier ser humano ante el temor y el peligro, intente defenderse. Lamentablemente, en estas circunstancias hasta se han perdido vidas.
En el medio de eso hay una sociedad ignorante que no sabe cómo comportarse. Es por esto que desde la Asociación de Ayuda a las Personas con Esquizofrenia y sus Familiares (APEF) enseñamos a las familias cómo reaccionar ante determinadas situaciones.
Nosotros somos conscientes que, muchas veces, los familiares no tienen las herramientas necesarias para hacer una derivación o recurrir a un centro asistencial cuando hay un brote. Desde los juzgados trabajamos mucho la interdisciplina para brindarle herramientas a las personas como una red de apoyo para cunado ese ser querido sufra un brote. Como justicia, los ponemos en contacto con asociaciones como APEF.

Abordaje y acompañamiento de pacientes con esquizofrenia
La esquizofrenia es una enfermedad crónica, evolutiva y discapacitante. Trabajamos mucho con las familias para brindarles herramientas para poder acompañarlos en el proceso de ir al psiquiatra y tomar la medicación correspondiente hasta que se le haga un hábito. Para quienes tienen esta patología, es importante el armado de rutinas para producir una buena evolución.
Desde el lado de las familias, es fundamental trabajar para que no haya recaídas. En el caso de una nueva internación, debe ser solo para un ajuste de medicación o para sacar a la persona del ambiente en el que está; esto último se lleva a cabo para que no lleguen a una crisis y las familias aprendan a ver las señales.
También hay que mencionar que, actualmente existe un órgano de revisión de salud mental, sobre todo para que se cumpla esta normativa: la Superintendencia de Salud. Aunque debemos reconocer que, por lo menos en estos momentos, este organismo no está cumpliendo tan bien sus funciones. Como consecuencia, debemos recurrir a amparos.
Accionar de la Justicia
Si nos basamos en la Ley de Salud Mental N° 16.657, la Justicia debe derivar a la obra social para que efectúe una evaluación y esta aplique el criterio a seguir más adecuado para el paciente. Si la persona no cuenta con obra social, se la destina a los hospitales públicos, como pueden ser el Paroissien o el Balestrini.
Nosotros pedimos una compensación clínico-psiquiátrica que se encargará de evaluar al centro asistencial. Según la normativa, y más allá de lo que crea la gente, el juez no interna. En cambio, lo que hace es derivar a los centros asistenciales que, a su vez, analizan la mejor alternativa de tratamiento para esa persona. Una internación sería como el último recurso, significa que han fracasado todas las alternativas inclusive los tratamientos ambulatorios.
*Presidenta de la Asociación de Ayuda a las Personas con Esquizofrenia y sus Familiares (APEF).
**Secretaria del Juzgado de Familia N° 3.