En el vasto catálogo de Netflix hay series que, sin grandes campañas de marketing, logran hacerse un lugar en las listas de las más vistas gracias al boca en boca. Curon es uno de esos casos. Se trata de una producción italiana estrenada en 2020 que condensa en apenas siete episodios una historia que combina drama familiar, leyendas locales y un toque de terror que crece capítulo a capítulo.
Creada por Ezio Abbate, Ivano Fachin, Giovanni Galassi y Tommaso Matano, la serie está protagonizada por Valeria Bilello, Luca Lionello, Federico Russo y Margherita Morchio, con un elenco joven y fresco que aporta autenticidad a los personajes.
La dirección, a cargo de Fabio Mollo y Lyda Patitucci, aprovecha al máximo los escenarios naturales del norte de Italia, en especial el icónico campanario sumergido en el lago de Resia, que se convierte en un símbolo y un personaje más dentro de la trama.

La historia arranca cuando Anna (Bilello) regresa al pequeño pueblo alpino donde creció, acompañada por sus hijos gemelos Daria (Morchio) y Mauro (Russo), tras diecisiete años de ausencia. Pero el reencuentro con su tierra natal no tarda en teñirse de misterio: poco después de llegar, Anna desaparece sin dejar rastro. Los gemelos comienzan entonces una búsqueda desesperada que los lleva a enfrentarse con secretos familiares y leyendas oscuras que parecen cobrar vida.
Con una narrativa ágil que alterna momentos de tensión con pausas para el desarrollo emocional de los personajes, Curon juega a dejar pistas y sembrar dudas en cada capítulo. El formato breve y su atmósfera inquietante hacen que sea ideal para ver de un tirón un sábado por la noche. Es una propuesta distinta para quienes buscan un suspenso con identidad europea y un toque de lo sobrenatural.